Todos los profesionales tienen altas y bajas, no todos son el éxito personalizado y hay que ganarse la vida, para ello dar clases es una opción interesante, lo diré yo que he dedicado gran parte de mi vida profesional a la docencia donde he dado clases en cátedras universitarias hasta llegar al extremo de inventarme cursos para ganarme el pan cada tanto. En teoría dar clases es un buen modo de ganarse la vida mientras tengas el conocimiento suficiente para ello y un trabajo solido que lo respalde, pero a menos que seas un divo (o diva) de la fotografía, el trabajo de montar una escuela de fotografía es un asunto que siempre fue cuesta arriba, entre la competencia y lo elitesco del oficio (al menos en Venezuela) tener una escuela exitosa es el resultado de aguantar durante un rato todo tipo de contratiempos hasta que fama y fortuna tocan a la puerta de tu academia, ese tiempo puede ser entre seis meses o cuatro años, tal como va la tecnología si no hay una especialización en camino difícilmente tendrá éxito ninguna iniciativa.
Tiempos difíciles
En estos tiempos complicados siempre estoy pensando en que puedo hacer para
captar más capital, las cuentas en casa se acumulan, la inflación es cosa de
todos los días, un sueldo no es suficiente por muy profesor universitario que
seas, el asunto es siempre buscar modos de ganar más, como antes de inventar
nada hay que documentarse para ello no hay mejor indicador que las redes
sociales, andando en proceso de investigación me tropiezo con un post en Instagram
donde venden “cursos de fotografía digital” por un dólar, sin salir de mi
asombro sigo revisando el post y toda la información es que una vez haces el
deposito te envían por email una serie de guías, videos y ejercicios que
prometen hacerte fotógrafo por poco dinero, de hecho (no voy a hacerles
publicidad) su promoción está apalancada en la premisa de ensañarte un oficio
para salir a ganarte la vida.
Hacerse de un oficio es algo que considero absolutamente necesario sobre
todo para los que no nacimos con más bien de fortuna que nuestro cerebro y
tenemos los sentidos en su justa dimensión lo que de por si es una bendición, a
falta de fondos tienes inteligencia que eso es ya un camino andado, tanto más
en estos años de chat GPT en los que al primer descuido serás fácilmente
suplantado por un al ritmo de inteligencia artificial que aprende
constantemente y puede absorber toneladas de información en segundos , mientras
uno tarda (en mi caso) al menos cinco años de estudio para medio decirse
especialista en algo viene la IA generativa y se aprende todo eso en segundos,
por lo que un oficio así sea el de carpintero/mecánico/plomero/pintor o lo que
sea no le va mal a nadie, en ese lote estuvo la fotografía por años, de hecho
la fotografía ha pagado desde mi universidad hasta el posgrado pasando por
darme acceso a sitios donde no hubiese podido estar de no ser por la dupla
oficio/profesión pero en realidad el oficio me abrió la puerta y la profesión
me permitió dar opiniones avaladas por la academia.
La experiencia hace la diferencia
Ahora bien, una cosa es hacer un curso en línea con un profesor que vaya
dirigiendo el aprendizaje y quizás aprender lo suficiente como para ir por la
vida haciendo cualquier tipo de fotografía para pagar las cuentas, otra muy
distinta pagar unas guías y creerse fotógrafo. Siento el más profundo respeto
por los maestros que me he tropezado en el camino, los que me dieron clases,
los otros con los que tuve la suerte de compartir trago y conversa y hasta con
quienes me peleé en algún momento por cualquier necedad profesional (propia o
ajena, eso no importa) , con todos aprendí un montón, tanto como para leer
algunos tutoriales y decir que están haciendo todo mal , no importa lo que diga
el fabricante, por ejemplo he leído en las guías de fotografía analógica que
recomiendan trabajar con los químicos a 20° , la experiencia de yo no sé
cuantos cientos o miles de rollos entre los propios y los de mis alumnos
durante los 10 años que estuve metido en cuanto laboratorio podía, llegando
incluso a ser jefe en algún instituto allá a finales de los noventas del siglo
pasado donde por aprendizaje sabía que si ponía el químico de revelado a 16° la
película salía hermosa mientras que como dicen los fulanos tutoriales tenemos
una película revelada con un grano excesivo, pero eso solo se prende con la
experiencia y la guía de los gurúes con los que aprendí.
Entiendo que en otros países hay que hacer una licenciatura y que muchos
dicen que es innecesaria por ser un oficio, la verdad todos tienen razón, si
vemos la fotografía como una forma de ganarse la vida registrado la vida de los
otros no hay que ser licenciado, mucho menos si lo que tienes que hacer es cómprate
una cajita de luz que viene con iluminación LED incorporada y ya puedes hacer
fotos de productos sin mayor drama, es más, ahora ni siquiera necesitas cámara
que con un buen móvil y los accesorios indicados basta y sobra para ganarse la
vida con decoro, las cámaras se usan para confundir a los clientes, para que no
se enteren que su evento bien puede ser registrado con un móvil, pasar las
fotos por la IA generativa indicada y listo, sin drama, pero nadie te va pagar
por hacer las fotos con un móvil que para ello hay que tener aunque sea una réflex
en mano.
La inversión necesaria
Sin embargo, que la fotografía sea un oficio no hace que la inversión en
aprendizaje sea menos trascendental, que el cerebro sea la herramienta más
importante no hace menos necesaria la inversión en educación. Si de mí
dependiese nunca jamás recomendaría ningún curso/taller que dure menos de 80
horas donde al menos treinta deben ser de prácticas y el resto de información
determinante sobre los mil tópicos importantes que van desde como tomar una
cámara hasta el análisis de la luz, todo con la advertencia de que para
considerarse experto debe tener al menos mil horas de práctica profesional. Aunque
parezca mentira, ser fotógrafo no es fácil ni sencillo, la tecnología nos hace
pensar eso, pero en el fondo, el arte; visto como el modo excepcional de
acometer con éxito cualquier meta, es lo que marca la diferencia entre un
chapucero de las IA y un fotógrafo experto, contra eso no hay marketing ni IA
que te ayude a menos claro que te atrincheres en un nicho específico, pero aun
estos serán superados muy pronto por la tecnología.
Hoy día la mejor inversión que podemos hacer es en investigación y práctica,
para ello deben ir a buscar escuelas organizadas donde exista un pensum ajustado
a la necesidad profesional del momento y no caer en estafas de cursos por un dólar
que prometen hacerte experto en el tiempo que dediques en leer y observar los
tutoriales, buscar a los maestros donde sea e inscribirse en sus cursos, el
siglo XXI parece ser el tiempo de los tutoriales, aunque parezca mentira los
tutoriales no hacen expertos pero matan oficios.
Prof. José Ramón Briceño
Caracas 17/08/2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario