martes, 26 de agosto de 2014

Ideas para esta crisis (parte I)


Tengo tiempo devanándome el seso para encontrarle la vuelta a la crisis, mucha tinta y pixeles se gastan a diario en quejas y lamentaciones, sobre todo de fotógrafos que hemos conocidos mejores tiempos para el oficio, sin embargo tengo la certeza que usualmente las crisis se campean con cierta dosis, si no de cinismo (que es un asunto inevitable para evitar depresiones) si de ingenio para encontrarle la vuelta.

Quizás la primera traba que muchos encontramos (en Venezuela cuando menos) es el altísimo costo de exponer en una galería, no todos nos podemos dar ciertos lujos, hacerlo en otros países es una asunto complicado para algunos, aemás, impensable por aquello de los costos en moneda extranjera que si en la local es cuesta arriba, en moneda dura no es más que una fantasía para muchos. Sin embargo repito, las crisis tienen el efecto de generar ideas para a supervivencia como todo instinto humano, no hacerlo quizás es un síntoma preocupante. Aquí me dirijo no solo a los compatriotas, también a otros artistas noveles que deseen encontrar nuevas vías con las cuales generar ingresos adicionales que a nadie le molestan.

Una de las ventajas de la fotografía digital es que nos desembarazamos de los aperos de laboratorio que obligaban en muchos casos que los fotógrafos estuviesen atados a cargar con las copias impresas a todos lados, incluyendo claro un desembolso grande en impuestos y requisitos en cualquier aeropuerto o envío de correos, hoy día con tener una buena memoria portátil basta para cargar las imágenes a todos lados, en cualquier parte hay laboratorios digitales con la suficiente capacidad para hacer buenas copias, además claro de versiones “portables” de muchos de los más populares programas de retoque fotográfico que permiten descargarlos en cualquier parte y utilizar cualquier computador para tratar imágenes y preparar las salidas digitales.

En este punto los amigos son un recurso importantísimo, todos tenemos (o deberíamos tener) amigos interesantes, quienes a su vez mantienen lazos con otros no menos interesantes que, además califican como potenciales clientes. Debemos conversar con algunos de ellos a ver si nos pudieran permitir la sala de su casa o algún espacio similar, organizar una pequeña “fiesta” o como dice un buen amigo, un “open house” donde los invitados, entre vino y conversa puedan ver nuestra obra, de allí a vender no hay mucha distancia, eso sí, toca desembarazarse un poquito del prurito de querer vivir un mes con la venta de una sola foto, para eso toca mucho andar en el largo camino hasta la galería importante.

Por lo pronto yo mismo estoy planificando varias visitas a varios de estos amigos, si aceptan claro, después vendrá la gloria de las galerías, mientras la supervivencia manda, si alguno se presta pues bienvenida la invitación, ya convenceré a alguno, a los que me leen pueden ir viendo que cosas pueden hacer en este sentido.
Saludos desde mi esquina.
José ramón Briceño , 2014

@plurifotos

lunes, 4 de agosto de 2014

Hablando de RAW y HDR


Cada vez que me reúno con fotógrafos, sobre todo si hay novatos entre el foro, evito por sobre todas las cosas hablar de cosas técnicas, de verdad prefiero hablar de política, religión y hasta de mujeres antes que abordar cosas técnicas, ¿la razón? Me aburren a estas alturas del partido, sobre todo si esas discusiones técnicas son para hablar de trucos y cosas en “RAW” o alguno de los otros accesorios digitales para hacer las brujerías que todos (los novatos sobre todo) hacen para creerse la gran cosa.

No me malinterpreten, no soy un dinosaurio de la época de la película fotográfica, debo admitir que la fotografía digital me gusta bastante por cientos de razones, entre ellas que me he deslastrado del siempre alto costo de revelar y copiar, además de comprar papel, químicos, filtros, mantener el laboratorio y los cientos de detalles que incluye como la relativa toxicidad a la que uno estaba expuesto en aquellos años y que ahora, por obra de la tecnología ya no, solo es asunto de una buena tarjeta de memoria y listo, a la calle o adonde sea para tomar las imágenes que después la computadora será el vehículo para mejorar (si es que cabe eso) la fotografía tomada antes de darle salida para impresión. Todo muy fácil.

La fotografía hoy día se ha vuelto algo boba, no hablo por todos los fotógrafos, sin embargo hay un buen número de ellos que “abusan” de esas cosas como el “camera RAW” o el “HDR”, en ambos casos me parece pérdida de tiempo y un artilugio para facilitar el trabajo que debería hacer la conjunción normal de todo fotógrafo esa de ojo-cerebro-cámara  pues (creo) que le están dejando todo el trabajo a la cámara en vez de organizar el discurso desde el cerebro, que es el deber ser de todo trabajo fotográfico.

Revisen el trabajo de los maestros pre-digitales, ciertamente en esa época se gastaba mucho tiempo y recursos en el laboratorio, pero lo principal, el negativo, era uno solo, sin más artilugios que si acaso algún filtraje o alguna película específica para el fin deseado, nada de inventos o florituras tecnológicas que al final convierten tu trabajo en uno más pues despersonalizan la mirada.

Una cosa muy buena de las réflex digitales es la posibilidad de trabajarlas como las analógicas de antaño, en mi caso a la mía (una Nikon D5100, nada del otro mundo y ni profesional es) le desconecté todos los automatismos, la medición es puntual, es decir, yo me ocupo de ubicar el punto de enfoque y el espacio del plano de donde voy a medir la luz que a su vez me permitirá calcular correctamente la exposición para la foto que quiero, a pesar de los consejos de quienes de verdad saben , me niego a trabajar en RAW pues he decidido hace años que la imagen es una sola, si tengo que trabajar en exceso una foto la desecho pues no sirve, esto me mantiene obligado a revisar constantemente mi cámara y a hacer múltiples exposiciones variando las medidas hasta lograr la imagen deseada o por lo menos aproximada a eso que quiero sin utilizar los automatismos.

Quizás exijo mucho, a lo mejor estoy mal ubicado pero estoy seguro que mientras menos se le permita a la tecnología pensar por los fotógrafos, mejor será el trabajo final pues la cámara se transforma en el auxiliar para compartir la mirada que debe ser y no el traductor automatizado de luz en pixeles que muchos pretenden ver como fotografía.
Prof. José Ramón Briceño
2014
José Briceño, 2014