Encuadre
Una vez superados los rigores técnicos de nuestros
aparatos debemos prestar atención a algo tan vital como el manejo de los
programas y el control de la nitidez de nuestras fotografías, el encuadre.
Existen cuatro planos básicos al momento de abordar
un sujeto
El
primerísimo primer plano (extreme close-up), que usualmente se utiliza
en retratos o en tomas técnicas y de
naturaleza. Los otros también son llamados primer plano (close-up), plano medio
(medio plano americano) y plano completo. Estos en general son los más
utilizados dentro del ámbito fotográfico.
Como la mayoría de los formatos fotográficos
actuales son rectangulares mantienen las mismas proporciones del negativo
(24x36 mm) de 35mm, los encuadres estarían realizados en función de esta
proporción ubicando los elementos de la imagen en esta forma. Basándonos en
estos datos, organizamos nuestra imagen en dos formas, apaisada
(horizontalmente) o retrato (verticalmente), aunque en los dos casos no
necesariamente se hable de que solo sean para paisajes y retratos, mas bien son
formatos de impresión y presentación, verifiquen con su impresora, que en el
caso de imprimir fotografías tiene esas dos opciones, solo que ellas lo llaman
portrait y landscape.
En la fotografía, a parte de los planos utilizados
para componer nuestra imagen también tenemos algunas maneras de encuadrar la
imagen a fin de realzar o mejorar nuestra perspectiva, dándole a la misma
alguna variante de tono personal, estas maneras son, la frontal, muy utilizada
por ser la manera en que nuestros ojos aprecian el mundo, la toma aérea , que
aun siendo incomoda para quien la mire por la simple razón de nuestros ojos
aprecian el mundo mirando en cuatro direcciones, arriba, abajo, a un lado y al
otro, nunca desde el aire (cuando menos para los mortales ) en la vida diaria.
Fotográficamente cuando hablamos de arriba, le decimos picado y abajo,
contrapicado, aclarando que estos picado y contrapicado deberán ser realizados
siempre en ángulo, pues de lo contrario ese arriba y abajo se hacen ilegibles
para el espectador .
Tal y como sucede con la imagen que tenemos sobre
estas líneas. A primera vista es difícil discernir que es lo que queda de una
escalera en una casa antigua, dicho trozo de escalera cuelga del techo de la
estructura. Toda imagen que requiera de tal explicación es inservible ya que la
idea es que una fotografía hable por si sola y no necesite del apoyo de las
palabras para poder ser entendida.
Caso contrario al de esta fotografía, que si bien
está tomada desde un punto alto es de fácil lectura, ya que por la perspectiva
en que está tomada el espectador puede
sin mayor ayuda identificar lo que hay en la imagen.
Para calificar un encuadre como picado a
contrapicado, el vértice de la toma debería de estar muy cerca del sujeto u
objeto fotografiado, tal y como lo muestra la fotografía siguiente.
Una de las ventajas de este encuadre es que por
medio de la perspectiva eliminamos todo aquello que hace “ruido” en la
fotografía, es decir todos aquellos elementos que desviarían la atención de lo
que queremos mostrar en nuestra fotografía.
En el caso del picado, también puede funcionar de
igual manera, para eliminar elementos que entorpecieran la atención del
espectador en lo que nos esta mostrando.
Cuando
observamos un espacio cualquiera, por ejemplo, cuando vemos televisión. Lo más
común es que la pantalla del Tv sea mucho más pequeña que la pared que tiene
detrás y si tenemos un televisor de ultima generación, ultra plano igual siempre es menor en tamaño que lo que
lo circunda, otro ejemplo clásico es cuando asistimos a un concierto, allí
usualmente hay una tarima bastante grande en comparación a los artistas. En
ambos casos nos concentramos solamente en el objeto de nuestra atención, a esto
se le llama selectividad del ojo, es cuando el cerebro “limpia” toda fuente de
distracción y solamente registra la escena seleccionada por nuestro ojo.
Sin embargo las cámaras que si bien son una
extensión del ojo humano para compartir nuestra visión del mundo, no poseen un
cerebro que elimine toda interferencia y solo se dedican a registrar lo que
“ven”, este fenómeno del que hablamos (selectividad del ojo) nos trae no pocos problemas
al momento de hacer las tomas fotográficas y es el culpable muchas veces de que
incurramos en errores como el de la imagen superior ya que usualmente nuestra
concentración está centrada en el sujeto.
En esta fotografía se supone que la labor del
fotógrafo era registrar a los niños jugando en esta plaza, la luz está
perfecta, le exposición igual, el encuadre muy bueno, si lo que queríamos era
una perspectiva de la plaza, pero como nuestra búsqueda son los niños y sus
juegos, no nos sirve, pues los niños están entre tantos elementos distractivos
(el cielo, los arboles, la estatua, la plaza, los bancos) que se pierden en la
imagen.
La forma correcta de encuadrar nuestra imagen seria
esta. Si su equipo no está dotado de un buen teleobjetivo (zoom o fijo) use el
más económico de todos, las piernas, camine hasta lograr un encuadre que le
funcione y si quiere una imagen de calidad nunca utilice ni el zoom digital ni
recurra solamente a los programas de retoque fotográfico.
Otro error muy común es el de ignorar los
horizontes, resultando con imágenes cuyo horizonte está torcido con respecto a
la horizontal de la fotografía.
A menos que se trate de fotografía de modas adonde
el detalle del horizonte poco importa y por lo general los fotógrafos se
permiten ciertas licencias que otros géneros no soportan. Pero como aquí no
hablamos de modas sino de imágenes bien concebidas, el horizonte torcido no es
una opción.
Muchas veces
una fotografía muy buena se pierde por un error involuntario y de tan
fácil solución como el corregir el horizonte, tal y como sucede con las
imágenes superiores, en esencia la misma fotografía cambia radicalmente cuando
el horizonte es corregido, la imagen izquierda está ligeramente torcida hacia
la derecha y la orilla del mar parece una inmensa rampa, en ese caso el cerebro
nos dice que algo anda mal y estamos ante una imagen bastante incomoda de ver.
En la derecha está la misma fotografía pero con esa orilla de mar correctamente
horizontal resultando una imagen bastante atractiva.
Al encuadrar nuestras fotografías tenemos que (a
parte de atender las consideraciones anteriores a este párrafo) tener especial
cuidado en los espacios que dejamos libres alrededor del sujeto principal, ya
que usualmente se comete el error de dejar excesivo espacio abajo o arriba de
este, por la razón simple de equilibrio, pues a nuestro alrededor siempre
veremos más cielo que suelo y esa proporción nunca ha de ser olvidada.