domingo, 30 de noviembre de 2014

Para hacer una buena foto

Ahora que recién estoy ejerciendo la docencia de manera oficial, con cargo septiterno (hasta jubilarme) y sueldo fijo más bonificaciones me he planteado por primera vez, un plan de largo plazo para mis clases, creo que esa oportunidad de “fundar” una cátedra desde cero es algo excepcional pues no todos los fotógrafos tienen chance de organizar su propio espacio de trabajo sin más a quien rendirle cuentas que a tus propios alumnos. En virtud de eso me he vuelto un tanto exigente y quizás algo insolente, más allá de las estrategias pedagógicas, tengo entendido que quien ose llamarse fotógrafo cuando menos no debe imitar a las fotos que hace mi abuela con su celular.

Seguramente varios de mis exalumnos me odian, no puedo entender a alguien que quiera aprender algo pero no le dedique cuando menos medio día a la práctica y al estudio, que no investigue, que no pregunte más que bobadas y que de paso se crea la gran cosa por que usa los filtros de los procesadores de fotografías que tienen algunos modelos de teléfono móvil.

La fotografía, desnuda, sin los adminículos tecnológicos sigue siendo la misma cosa, una caja oscura con un agujero por donde entra la luz y una superficie fotosensible que la capta. Así tengas un equipo de cien mil dólares con ópticas de cristal lunar y unos equipos de iluminación que se manejan por computador, si tú cerebro no te da para más, tus fotos jamás serán si no otras más de las millones de malas imágenes que navegan en las redes.

Hoy estoy particularmente ofendido pues he visto con espanto como muchos jóvenes y otros no tanto, se ufanan por las redes con bodrios espantosos que tienen el descaro de decirles fotografías cuando la verdad no pasan de imágenes, sin sentimiento ni pensamiento no hay fotografía posible.

Tengo la impresión de que muy poca gente se detiene a meditar una imagen antes de disparar el obturador, todos al parecer piensan en “sorprender” a otros cuando la realidad de la mirada es que debe sorprenderlo a uno. Toca tomarse el tiempo necesario frente al visor, analizar la luz, saber dónde medirla y disparar varias fotografías con diferentes  exposiciones y encuadres , al principio es complicado pero con la práctica se logra, para eso toca leer, escuchar, hablar, mirar, investigar y mucho practicar, cuando se miran muchas fotos, se analiza lo que se mira y hasta se escucha el pensamiento, las imágenes comienzan a ser otra cosa, no una reproducción de los que miramos, aun cuando así sea toca buscar un elemento que la distinga, cuando se alcanza algo parecido a la originalidad es porque ya podemos sentirnos cómodos desnudos en la obra, somos individuos y como tales somos diferentes, esa diferencia se nota en la imagen.

Al final mi plan a largo plazo es intentar que la mayoría de mis alumnos entiendan de que va el asunto este de la creación, que se tomen el tiempo de pensar su imagen, que su proceso intelectual pese cada día más sobre su obra, que miren la obra de otros, que sepan que lo realmente valioso es el cerebro, no la cámara, esas las hacen en serie.
Profesor José Ramón Briceño Diwan, 2014
@plurifotos

Mirando-nos, imagen participante de la 10ma. Bienal Nacional de Fotografía de Venezuela,
autor: José Briceño @plurifotos



jueves, 13 de noviembre de 2014

Corazón/mente/ojo/cámara

Dar clases de fotografía es un asunto bastante edificante, ver como los muchachos pasan de cero a comenzar a mirar el mundo con otros ojos no tiene precio, tal como he dicho otras veces me he trazado la meta de impulsar a mis alumnos a tener conciencia crítica de todo, a desconfiar de los aparatos fotográficos con cierta saña y a no basar su trabajo en la tecnosofia que ahora muchos enarbolan como si de una gran panacea se tratase, tengo la certeza de que lo que importa realmente es la imagen, jamás como fue concebida pues se corre el riesgo de ser uno más del montón que prefiere técnica ante el tan importante discurso visual, me esfuerzo en impulsar fotógrafos no técnicos de la imagen, aunque la técnica es importante debe estar a la par con el discurso para que pueda tener relevancia alguna su trabajo. También les hago énfasis en que hagan cursos con todos los que su bolsillo les permita, hagan una carrera universitaria (acá en Venezuela no existe la licenciatura en fotografía) que les cambie la mirada, hártense de aprender técnica pero llegado un momento, dedíquese a hacer fotos logrando la “Combinación perfecta” corazón-mente-ojo-cámara, solo así se logra exponer el alma en una imagen.

Cuando los alumnos me preguntan qué libros leer sobre fotografía me quedo en mutis pues decidí hace bastante tiempo no dedicarme a leer nada de eso, muy al contrario he encontrado fuentes de inspiración más elevadas en la literatura, en mi caso, decidí que “la verdad” es lo que menos me importa en una imagen, así me permito sin pudor hacer las cosas que me atraen dentro de la imagen, nunca ser monotemático en mi mirada y ver el pequeñísimo mundo que me rodea desde la mirada sorprendida de quien por primera vez se dedica a OBSERVAR con detenimiento muchas de esas cosas que pasan desapercibidas por cotidianas, pero que la cámara te permite trocar en otros universos para que en algún momento pueda compartir desde alguna pared con otros que comparten la misma sensibilidad que yo.

La literatura te permite explorar otros mundos y hasta conocer de primera mano otras posibilidades, los tutoriales no son más que herramientas iniciales para comenzar a dominar el equipo además del laboratorio digital (use el que use usted querido lector), técnica sin intelecto carece de vida, no  le veo sentido a ser esclavo de las argucias tecnosóficas sin tener en cuenta el factor intelectual, cuyo valor es precisamente sacar la mirada del lugar común pues cada ser humano es único en su apreciación del mundo y así mismo ha de ser su forma de mirarlo.

Todas esas cosas las he aprendido de mis MAESTROS que por lo general son esos mismos amigos cuya mirada anda siempre buscando ese algo que nadie define pero que de alguna manera todos sabemos que es. La recomendación primaria que podría hacerle a cualquiera que ande buscando lo que no se le ha perdido por los vericuetos de la fotografía es, cásese con su equipo, así cambie de modelo de cámara o tenga una muy barata, conózcala completamente, haga sus propios registros de luz para que sepa cuánto ha de exigirle al equipo, cada cámara tiene sus peculiaridades, no hay malos equipos, solo gente que no los utiliza correctamente o simplemente no son los adecuados para el uso que quiere darle. Estudie otras cosas además de la fotografía, esas otras son las que le darán forma a muchas de sus búsquedas, estudie con otros fotógrafos, siempre la opinión ajena da sus frutos además puede contestar y explicar “in situ” las dudas que tenga y ser autodidacta es bueno hasta cierto punto, sin embargo vale tener una guía que te ayude en la búsqueda, sea detallista y muy importante, LEA el manual de su equipo.

Aléjese de los amigos que solo le hacen loas a sus fotos, la crítica dura pero con cariño es la mejor medida de lo que sirve o no, no se envanezca de los “LIKES” en Facebook que al final esos no tienen ningún peso en el mundo real, jamás muestre ninguna foto sin antes editarla pues toda imagen siempre puede ser mejorable y por último, no descuide su curiosidad que esa al final es la que va a motorizar su ojo hacia las cosas realmente importantes.
Profesor José Ramón Briceño

@plurifotos