La
fotografía tiene muchos mitos, casi todos falsos pues una de las cosas más
interesantes del oficio es que hay varias maneras de llegar al mismo resultado
sin que ello signifique que alguna técnica sea inválida, por tanto soy enemigo
de los absolutos en materia fotográfica. Hace un tiempo, una buena amiga, quien
decidió comenzar el camino del oficio más por buscar una opción para liberar
estrés que para otra cosa, me llamó muy preocupada pues no tiene una Macintosh
ni su sueldo le permite tales lujos, al preguntarle la razón de su angustia me
contestó que el tal docente de tal escuela donde cursaba el primer taller le
dijo que fotógrafo sin Mac ni lightroom no es fotógrafo.
Luego
de decirle que la maquina solamente lo que hace por ti es darte algunas
comodidades extras pero si la foto no sirve ni que tengas una computadora igual
a la de la misión a Marte la podrás arreglar, al final los aparatos son tan
buenos como quien los utiliza, no al revés, luego de una larga conversa ya que
mi amiga como buena académica, necesita unos argumentos muy contundentes para
desautorizar a un docente, le dije que cuando menos yo jamás he tenido más que
PC, solo uso Photoshop pues el otro no lo manejo muy bien y me siento muy
cómodo así, además tampoco he tenido nunca cámaras de más de mil dólares como
para presumir nada, sin embargo tengo un premio nacional además de exposiciones
en otros países y una mención en una bienal internacional, nadie te pregunta
nada, la imagen ha de hablar por sí misma, ningún salón serio pide nada más que
tu foto pues cualquier otra cosa sobra.
Creo
firmemente que es así, si tuviese suficiente dinero les aseguro que utilizaría un
celular para mucho de mi trabajo o una buena compacta que también aplica, ¿la
razón? El volumen y lo llamativo de una cámara réflex en Venezuela hace que sea
un acto de valentía sacar a pasear tu equipo, sobre todo por lo que cuesta uno
nuevo y el ansia de los ladrones por hacerte el favor de quitarte de las manos
tú cámara.
Compactas
y celulares son artilugios interesantes para capturar el entorno, con saber
unas cuantas reglas podrás hacer unas excelentes imágenes, los fabricantes de
unos y otros se han esmerado en programar muchas funciones automáticas para
mejorar la captura., mismas que muchos desdeñamos pues estamos muy cómodos
trabajando en manual para “manejar”
todas las variables, en mi caso particular disfruto con tener la cámara en el
bolsillo y descubrir el mundo que me rodea sin tanta alharaca, finalmente lo que
importa es la imagen.
Ahora
bien, una cosa es trabajar para consumo propio y otra muy diferente es vender
tu trabajo, no veo a nadie cobrado por hacer una boda o alguna otra cosa
especializada con su cámara compacta o con su celular, pero si el asunto es
reproducir tú visión del mundo, es un asunto bastante privado la manera en la
que captas tus imágenes, creo que armar discusión con lo del equipo para la
captura es una soberana tontería.
Muchos
conozco que gastan cantidades groseras en cámaras y otros equipos para obtener imágenes
que sin ser malas no dejan de ser mediocres, se pierden en los vericuetos del
programa, hacen malabares para hacer “original” su trabajo , al terminar solo
les queda una foto más del montón. Entonces no hace falta un equipo especialísimo
o exageradamente costoso, lo que realmente hace falta es conocer lo que tienes
para sacar el mayor provecho posible, uno jamás sabe cuándo “LA FOTO” se te
atraviesa y dejar de hacerla por no cargar el equipo “correcto” es perder el tiempo.
Ya está a la venta el Manual de fotografía para principiantes
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José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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