Cada
vez que voy a escribir un post para el blog siento que al parecer todo está
dicho alrededor de la fotografía, aunque también estoy claro que siempre habrá
tela que cortar en cuanto a la cantidad de detalles que abarca la imagen y sus
incidencias. Revisando las redes me encuentro muchos artículos que muestran el
trabajo de tal o cual fotógrafo, ciertamente hay mucho lugar común pero también
hay algunas sorpresas e imágenes que quitan el aliento flotando gratis en las redes, ahora lo que no es fácil
encontrar son artículos que hablen seriamente de los “problemas” teóricos más
allá de la tecnosofía.
Creo
que existe una tendencia cada vez más fuerte a considerar la fotografía como un
caso aparte de toda la producción artística como si hablásemos de una actividad
aislada y no del resultado de la suma de los múltiples movimientos artísticos, sociales,
tecnológicos y hasta filosóficos que se han sucedido en los últimos doscientos
años.Si analizamos concienzudamente cada imagen ganadora de premios (por tener
un punto de inicio) pudiéramos inferir que tiene antecedentes -reales o accidentales-en
otras expresiones del arte.
Una
vez nombrados los antecedentes toca explicar los reales o accidentales.El ser
humano es una esponja que absorbe todo lo que ve, escucha, aprende, lee e
intuye, casi siempre todo ese cumulo de información se guarda en el
subconsciente aflorando de vez en cuando sin que el autor tan siquiera se dé
cuenta que realiza tal acto, otras veces ese conocimiento es digerido, pensado,
repensado y utilizado de manera totalmente lucida para que su trabajo tenga el
efecto deseado y ahí estamos ante un acto deliberado para aprovechar los
referentes en la obra.
En
ambos casos el autor usa esos referentes que han sido utilizados por muchos
otros antes que él y serán utilizados por muchos más luego de él a fin de que
los observadores atentos o no puedan captar el significado de su trabajo sin
mayores explicaciones aun sin manejar de forma cabal los símbolos exhibidos en
la obra, recordemos que la suma de los símbolos hace posible que una imagen
tenga significación pues de otra manera estaríamos ante la presencia de una
postal bonita pero anodina que no lleva a ninguna parte, una más de los
millones que flotan cada segundo por las saturadas redes sociales. A este
fenómeno lo llaman los investigadores de la literatura “intertexto” que no es
más que la inclusión de textos anteriores como pauta referencial en nuevos
textos, lo que supone una eterna reutilización tanto argumental como semántica
de toda la obra importante desde el inicio de los tiempos, para definir de
manera académica pudiéramos citar aRolandBarthes
(1974) ; “…las fuentes de un texto no están solamente no están solamente por
delante de él; están también después de él.”, lo que nos trae a pensar que el
intertexto tiene una suerte de génesis en el pre-texto. Ateniéndonos a lo
que Barthes afirmó y haciendo gala de lo
que pudiéramos llamar una licencia creativa, teoría mediante, constatamos que
toda obra está plena de “pre textos” pues en muchos casos hace alusiones a
otras anteriores y posteriores, aunque
es un término que se asocia a la literatura en realidad es un fenómeno que
abarca toda la obra producida por el cerebro humano, no sólo lo artístico
también lo científico, religioso y hasta lo social sin que exista desmerito
alguno en admirar el genio que existe todos los ámbitos del saber humano.
Al
hablar de intertexto o de interrelación entre las obras toca hacer una
diferenciación entre este fenómeno (muy natural por cierto) y las distintas
clases de plagio que si bien algunos
críticos las incluyen dentro de categorías intertextuales hay que definirlas
para evitar malas interpretaciones de nuestro trabajo. Las distintas clases de
plagio que conozco son ; el plagio intencional que no es más que la copia burda
o acabada de una obra de otro autor que se hace de manera intencional para
ganar alguna relevancia sin utilizar muy bien el intelecto , está el plagio por
homenaje que podríamos ubicar en aquellas escenas copiadas de otros autores
introduciendo variantes para terminar obteniendo una versión de la obra de otro
autor, lo que presupone una suerte de homenaje al genio al que se está
plagiando, como ejemplo de ello podríamos tomar las miles de versiones de “La
ultima cena” de DaVincique sin pretender imitar son bastante atractivas, como
último punto podemos hablar del plagio por ignorancia que entre todas las
clasificaciones es la menos honrosa pues en las dos primeras hablamos de un
acto consciente en este puede ser el reflejo
de algún recuerdo impreciso o la culminación de un trabajo hecho a ciegas, lo
más grave de este caso es que por lo general sus “autores” muestran sin pudor
alguno su “descubrimiento” y tienen
hasta seguidores que viven en ese mismo universo de ignorancia por negarse a
tener una visión amplia del asunto, no hacer investigación no relacionarse con
gente que realmente sabe del hecho artístico,pasando claro por una total
negativa a navegar en otros espacios del quehacer fotográfico (por solo tomar
un ejemplo) lo que da como resultado un trabajo que pudiendo estar bien acabado
termina siendo desechado por ser la copia de otros.
Cuando
me tropecé por primera vez con el término “Intertexto” e investigué sus
implicaciones tuve una decepción momentánea pues eso significa que cualquier
pretensión de originalidad está circunscrita a un reducido grupo de genios cada
vez más pequeño por aquello de la masificación de la información gracias no
solo al internet si no a los múltiples medios de comunicación que desde los
años 80 nos bombardean desde todos los frentes posibles, sin embargo luego de
años de investigar sobre el tema he llegado a la conclusión de que no todo está
perdido, si lo vemos desde la óptica creativa la única solución posible para
escapar del lugar común reside no solo en hacer de la investigación un
ejercicio constante, también está en hacer que nuestro trabajo sea el producto
de largos periodos de meditación además de lograr hacer una simbiosis entre
obra y psique que exprese nuestra opinión alrededor de lo que nos interesa
mostrar sin dejar
de lado el cuidado técnico que debemos tener con cada imagen mostrada.
Una
vez conocido el fenómeno intertextual se hace mucho más llevadero el hacer algo similar al arte
pues nos permite tener conciencia plena de la utilización de los símbolos para
lograr comunicar con nuestro trabajo alejándonos de ese espantoso lugar común
que tanto angustia a muchos en estos tiempos de sobresaturación informativa.
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Profesor José Ramón Briceño, 2017
Profesor José Ramón Briceño, 2017
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