viernes, 13 de enero de 2023

Razones para nunca usar una cámara que no conozcamos

 

Mi primer trabajo como fotógrafo lo obtuve en 1994, para esa época podías trabajar con un equipo analógico y te daban un rollo de 36 tomas que debía durar al menos tres días por lo que la competencia entre todos era por lograr la foto de primera página. Tantos años después  sorprende lo mucho que ha avanzado la tecnología desde aquellos equipos analógicos hasta los nuevos cuyas prestaciones (hasta las de  gama baja)  hubiesen sido la maravilla del otro jueves en el año 94 pero que ahora son cosa de todos los días , lo mejor de aquellos años era que entre fotógrafos no existía más limitación que el ingenio y la habilidad, hoy dependes de megapíxeles y de que tan obsoleto o novedoso sea el aparato que usas y eso que aún no nos metemos con los móviles de nueva generación ni de los muy baratos periféricos que podemos utilizar para realizar cualquier trabajo, entre aquellos años y estos hay una sola cosa que no ha cambiado, la necesidad de trabajar con tú aparato personal.

A pesar de que los fotógrafos podríamos considerar que somos expertos en utilizar cualquier cámara, sin importar mucho la marca de esta, la verdad es todo lo contrario. Cada cámara, y hablo de cada aparato, no de marcas pues entre uno y otro hay infinidad de variantes que haría enloquecer al más tranquilo y a menos que tengas la oportunidad de practicar al menos con seis modelos de cámara, dudo mucho que sea la situación de las mayorías, sin importar si vives en el primer mundo con ingresos que te permitan tal dispendio o el  tercero donde tengas que hacer el trabajo siempre con cámara prestada bien por culpa de un robo, daño, perdida o imposibilidad de acceder a un equipo propio, esto último sucede con bastante frecuencia , pero de ello hablaremos en otro post, el asunto en todo caso es que cada cámara, óptica y periférico tienen un rendimiento que varía de un equipo a otro, nunca será la misma medida de luz digamos de una Nikon D7000 a su equivalente de otra marca, no tiene sentido ni siquiera discutirlo, una cosa es lo que anuncian los fabricantes y otra bastante diferente la que resulta cuando hacemos las comparaciones.

No mind

Hay un término que se usa en artes marciales llamado NO-Mind (no mente) que refiere a la memoria muscular, sin embargo acá podríamos hablar de que usar una cámara debería formar parte de un reflejo condicionado, eso solo se puede lograr teniendo mucha práctica y conociendo a fondo el equipo, cuando usas una cámara prestada o cedida por el patrono es complicado que eso suceda, el proceso de aprendizaje de cualquier fotógrafo incluye como responder en fracciones de segundo a las cambiantes necesidades de cada toma, no es lo mismo trabajar en estudio con una pieza brillante que con una opaca, si trabajamos en exteriores , los sensores de cada equipo responden de modo distinto a las condiciones de luz que cambian en cuestión de milisegundos y a los que solo el ejercicio de memoria muscular te permite pasar por esos cambios de modo natural, ganando no solo tiempo si no también calidad en el resultado final.

Aunque suene complicado es simple, la cámara debe ser una extensión de tu mirada, los recovecos del oficio (que son muchísimos) solo son posibles cuando conoces al dedillo las posibilidades de tu equipo, eso requiere un largo romance, es como tener una pareja con la que decides casarte y sabes desde el principio que será un romance largo y productivo, debes saber en cuales condiciones funciona mejor y en cuales no, carece de sentido casarse a ciegas y caer en la insostenible situación de buscar encontrar la mejor forma de convivencia si no se conocen a fondo, es factible que el asunto de a relación funcione pero en la práctica es casi imposible, hago énfasis en el casi, porque veo que hay personas a quienes eso no les afecta, algo que considero casi un súper poder.

Hay una eterna discusión entre los fanáticos sobre cual marca fabrica los mejores equipos, alguna vez caí en esa diatriba pero con el tiempo he llegado a pensar que en todo caso el asunto de la preferencia de marcas está determinado por el conocimiento que tenemos de la funcionalidad de cada una de ellas, lo que sumado a que las ópticas no son baratas en ningún caso , una vez hecha la inversión toca seguir siempre comprando cuerpos de la marca que compramos por primera vez, eso a su vez significa que cada quien va dominando su equipo hasta conocer el alcance y posibilidades de todos los controles o al menos los que necesitamos para nuestro trabajo, así como terminar por hacer cálculos aproximados de cada exposición y a partir de allí hacer los cálculos necesarios.

Si está pensando en cambiar de equipo, no se comprometa a hacer ningún encargo con el equipo recién adquirido, es preferible que use el antiguo hasta que domine por completo el nuevo y por sobre todas las cosas jamás acepte realizar ningún  trabajo donde el cliente ponga a su disposición un equipo que no conozca , eso aplica hasta para modelos de la misma marca, eso no solo suma estrés innecesario , a menos claro que solo utilice los programas automáticos y la iluminación esté orquestada por lo que solo es cuestión de encuadrar y disparar, de resto olvide eso de arriesgarse por ganar algo de dinero, usualmente esos experimentos terminan mal y la reputación es a fin de cuentas el mayor capital que posee, siendo este tan frágil que un solo mal trabajo puede dar al traste con una carrera sobre todo cuando inicia, los profesionales rara vez se arriesgan.

Prof. José Ramón Briceño Diwan

13/01/2023