La fotografía es un quebradero de cabeza, tanto que parte menos complicada es la técnica que dicho sea de paso no es muy simple que digamos, así nos empeñemos en simplificar a técnica hasta reducirla a un cumulo de fórmulas aproximadas que permitan hacer cálculos de exposición estandarizaos que luego pueden cambiar si hacen el disparo en RAW o para componer en HDR dejando que el artilugio digital haga todo el trabajo hasta reducir la intervención humana si acaso en el proceso de composición y encuadre, pero todavía así quien quiera mejorar debe comenzar a pensar en la imagen y no en la técnica, esta debe ser un acto reflejo para dejar paso al análisis de la luz para calcular a vuelo de pájaro el encuadre, buscar el ángulo correcto o simplemente renunciar a la tarea cuando no existe modo posible de afrontar la imagen con una luz al menos suficiente para el destino de la imagen, por suerte ahora los equipos tienen la posibilidad de variar el ISO hasta niveles inauditos para quienes venimos del proceso analógico más por flojera que otra cosa, personalmente detestaba el proceso de revelar negativos, si había que forzar la emulsión tanto peor porque necesitaba un tratamiento especial , químico frio a una dilución determinada y mucha paciencia para hacer el procedimiento de modo correcto ante la imposibilidad de repetir la toma, los rollos eran caros como para andar desperdiciando película, así llegue a usar película monocromática que podía ser revelada por proceso C-41, solo para saltar directo a la copia, los laboratoristas también comían así que debía dejarles algo, ahora es cosa de un dial, puedes combinar distintos ISOS a cada imagen, la puedes ir checando mientras encuentras la sensibilidad ideal para la luz existente tan rápido como tu instinto lo diga, antes estabas preso a un solo ISO por lo que debías adaptarte sin inventos, solo con ese adelanto ya tenemos para agradecer lo digital .
En fin, las posibilidades de la
fotografía digital son innegablemente superiores a las de lo analógico, en
cuanto a comodidad de trabajo , ahora en la depuración del ojo pareciera no
haber contribuido mucho, en analógico al menos debíamos intentar ser precisos,
llevar un sistema de ensayo y error , teniendo claro que cada equipo tiene una
respuesta específica, jamás será la misma medida de luz entre un Nikon y una
Minolta , por lo que primero debes aprender a conocer tu equipo para sacarle el
mayor provecho, empezar a pensar en el resultado del disparo, evitando perder
película porque en el mejor de los casos debes rebobinar y cambiar la película
, ese tiempo a veces determina que pierdas la foto que buscas (ley de Murphy
omnipresente y todo poderosa) , como si fuese poco debías esperar para ver si todo
había salido bien, siendo muy descorazonador lanzar negativos a la basura todos pasamos por ahí más de una vez , ante
el desconsuelo surge el ánimo revanchista solo para poder hacerse llamar
fotógrafo , el ego es cosa seria, una vez que medio dominas la técnica entonces
viene el trabajo serio, asumes distintas responsabilidades y para medirse entre
tus iguales o ganarte el derecho de asegurarlo se inventaron salones,
exposiciones y concursos donde se evaluaban distintas formas de ver el mundo,
solo quedar expuesto en el mismo espacio de los que considerabas los grandes
del momento ya tenías suficiente para sentirte orgulloso, si ganabas tanto
mejor, aunque en mi caso particular ya quedar era bastante.
Todo aquello vivido obliga a ver
las cosas con más detalle, entre las muchas que uno piensa es por cual razón los fotógrafos
venezolanos realmente talentosos parecieran ser solo vistos en el resto del
mundo, así hoy sé que el archivo de Luis Brito está depositado en un museo de
Colombia mientras que otra gloria como Boulton está en los archivos de la
fundación Getty en USA y los únicos premiados con altos galardones son
reporteros gráficos (Pulitzer y World Press)
, no en la categoría de ensayo, fue por imágenes puntuales, fantásticas
pero entre sacadas con pinza.
A finales del siglo XX y
principios del XXI hubo un repunte de las publicaciones impresas que trajo algunas cosas interesantes, hasta se
intentaron franquicias de revistas para adultos donde (como no) las paginas eran
adornadas con los cuerpos de modelos
espectaculares , incluso hubo una Playboy Venezuela, todas con trabajo de
fotógrafos nacionales, sin embargo todas quebraron , posiblemente por la muerte
de lo impreso ante la novedad de lo digital que gratis y de modo totalmente
privado ya tenías acceso a un sinfín de porno, no creo que ningún heterosexual
del planeta vea primero los artículos y a las modelos de último, o las
utilizara como recurso poético para las noches solitarias o los matrimonios
aburridos, cierta vez en una reunión entre amigos veíamos un número de Playboy
Venezuela , por supuesto era una reunión de lomos plateados aullando cada vez
que una de las modelos mostraba su anatomía portentosa, hasta que osé decir que
eran muy malas fotografías , uno de los amigos se volteó para decir si a
ciencia cierta era más importante el culo o la técnica, en todo caso la mujer
era bellísima , lo demás sobraba.
Por supuesto jamás volví a hacer
mención del tema pero es que en realidad todas las fotos eran malas, plenas de
mal gusto, peor iluminadas y para nada había más espíritu estético que mostrar
la belleza femenina, vale que una modelo desnuda es un espectáculo en si misma
pero tampoco se vale desaprovechar la oportunidad de la vida para terminar
publicando un trabajo que parece hecho por un foto estudio de pueblo que
pretende hacer retratos de embarazadas imitando malas formulas pero que
sorpresivamente tienen publico aun cuando son fotos espantosas, creo que a
nadie le da vergüenza pero son otros tiempos, el asunto es que al parecer a
nadie le interesaba mucho hacer algo
fotográficamente digno más allá de lo fotográficamente suficiente , por eso la
fotografía erótica criolla no parece haber superado ciertos tabúes, eso es solo
un ejemplo. En el caso de Playboy podemos asegurar que unos cuantos maestros
han hecho de esta una referencia obligada, el cuerpo femenino da para mucho más
que hacer una vitrina, es tan importante el registro visual organizado por esa
publicación que hoy día podemos ver en muchos trabajos la impronta de muchas
imágenes publicadas en sus páginas, acá pudo haber hecho algo similar,
imaginemos por un segundo a Fran Beaufran publicando un portafolio de desnudos
inspirado en el miss Venezuela solo por nombrar uno o algo similar a lo que
hace la revista Soho de Colombia , pero en cambio se decantaron por la manera
más sosa de mostrar su trabajo, no sé si es por mojigatería nacional que hace
que los osados sin pretensiones estéticas sean los únicos o por algún motivo económico, es una
investigación que debo hacer.
A pesar de que el ejemplo con
publicaciones eróticas no sea el más aconsejable, creo que basta para dar una
mirada a la tradición, a pesar de que en años anteriores hubo profusión de
escuelas de fotografía parece que faltó discusión estética como para presionar
al medio a buscar salidas que nos dejasen mejor parados en el ámbito
latinoamericano al menos, dejar de ser discipulares para comenzar a buscar una
estética propia que no se decante por la vulgaridad o el discurso plano que por
rebuscado no significa que esté mejor planteado, lo que no se entiende tampoco
existe al menos intelectualmente hablando. En mi país desde hace años hay una
crisis que nos ha reducido a un estado semivegetativo donde lo único importante
es la supervivencia, eso ha dejado el mercado del arte peor aún de lo que jamás
estuvo, por supuesto la fotografía como acto de galería ha muerto por inanición,
comer es más importante que todo lo demás; así que entre exilios e
imposibilidad de asumir el extraordinario gasto de organizar ni siquiera un
encuentro donde discutir asuntos no indispensables como esto de la estética ,
puedo pensar que la academia ha muerto, sin embargo eso no es del todo malo, la
ventaja de la contemporaneidad es que todo el mundo tiene un aparato que hace
fotos relativamente buenas , además hay vitrinas de sobra, gratis e inmediatas
donde mostrar tu trabajo sin necesidad de hacer más gasto que el intelectual,
entonces es el momento perfecto para que la enseñanza de la fotografía explote,
de olvidarnos un poco de la tecnosofía para centrarnos en lo que realmente es relevante, la imagen y todo
lo que en ella se puede incluir.
Tener una visión de país que
cumpla como testigo mudo de la época siempre cambiante, hacer del asunto
fotográfico una cuestión de discurso y no de física básica (todo el oficio
puede reducirse a física aplicada) , creo que es el momento perfecto para
comenzar a buscar otras cosas en nuestro realidad , la fotografía venezolana
debería comenzar a encontrar su espacio propio, emprender proyectos que
documenten todo eso que vemos como excepciones pero que en realidad existen,
como país deberíamos comenzar a considerar buscar la realidad desde detrás de
las cámaras, olvidarnos un poco de lo real para comenzar a pensar en idealizar,
eso no solo es embellecer, a veces resulta en todo lo contrario, solo que
debemos hacerlo con el sentido de los estético olvidándonos de esa necia excusa
de lo urgente, capitalizar el ambiente transformándolo en bites que vayan
intoxicados por nuestra visión, logrando en cada foto una toma de posición y no
la del espectador ausente.
En este sentido y como ejemplo
imaginemos por un momento que el Maestro Nelson Garrido hubiese sido la
estrella de cualquier número especial de Playboy, le hubiese subido varios
niveles a la publicación, Luis Brito, Pérez Luna, Aníbal Camejo, Roberto
Mata solo por nombrar algunos que merecerían una oportunidad , aunque en el
caso de Pérez Luna pudiera sonar alocado, los maestros pueden sorprender, todos
comenzarían por empezar por entender cuál es su idea de la femineidad , por ahí
ya la cosa prometería.
Prof. José Ramón Briceño Diwan
10/01/2021