domingo, 13 de julio de 2014

Compartiendo la mirada (exponer)



En el post anterior hablábamos de los primeros pasos para mostrar nuestro trabajo, hoy continuaremos el tema pero hablaremos de un asunto importante y ante el cual por lo general nadie (al parecer) le pone mucho énfasis como lo es el formato de la copia y la cantidad de copias para una exposición.

Vamos a comenzar a hablar del formato, todos sabemos que hay infinidad de tamaños para copiar fotos, es más, con la aparición de los plotters y demás artilugios de impresión con calidad fotográfica han aparecido múltiples variaciones y posibilidades para imprimir nuestras imágenes, esto ha traído como consecuencia una suerte de gigantismo fotográfico, en todas partes vemos fotos gigantes, todos mis alumnos y algunos compañeros de la fotografía hablan de imprimir y montar verdaderos monstruos, con decenas de metros cuadrados, algunos me hablan de más de tres metros de alto, yo por lo pronto me espanto, no creo que sea manejable una cosa tamaño valla publicitaria , creo de verdad que un tamaño válido es por ejemplo, un metro por noventa centímetros (100 X 90 cmts.) que me parece sin ser pequeño es manejable y permite al espectador mirar todos los detalles de la imagen, un tamaño mayor solo distorsiona la posibilidad de disfrutar visualmente la obra en su totalidad.

Pudiera estar equivocado, sin embargo es mi opinión. Otra cosa son los formatos de impresión, más allá del asunto de la copia están los formatos, yo tengo la duda si es que muchos fotógrafos novatos aún no se han dado cuenta que la cosa es hacer fotos, no diseño gráfico, a mis alumnos siempre los pongo a trabajar entre los parámetros que ofrecen los formatos convencionales (4x6”, 8X12” y así sucesivamente) de manera tal que se acostumbren a ver de manera rectangular y acomodar su mirada ante ese espacio de trabajo, quizás sea una reminiscencia de cuando uno hacia copias a “negativo completo” de la época analógica y que dicho sea de paso me acostumbre a trabajar, lo que me parece muy cómodo al momento de mirar por mi visor y compartir mi mirada con todos, cosa que en el fondo es la fotografía, compartir la mirada desde la realidad o desde esa otra “verdad” oculta entre las mentiras fabricadas por el Photoshop, pero que sin embargo no hacen más que enmascarar una gran verdad, aunque esta solo exista en mis neuronas.

También aplican formatos más “íntimos” para propuestas también en el mismo tono, creo que para elegir el formato de copia debemos tener muy en cuenta dos factores, primeramente la temática de nuestro trabajo y segundo, el espacio físico de la galería donde se expondrá el mismo, teniendo en cuenta que los espectadores deberán tener frente a la copia un espacio equivalente a una vez y media el tamaño total de la copia, para poder apreciar en su totalidad la imagen, he visto con cierta sorpresa que en algunos sitios, bajo la excusa de que son “espacios alternativos” no tienen en cuenta ese detalle y (en muy pocos casos realmente)   la obra expuesta es de complicada contemplación.

La cantidad de copias para exposición dependerá directamente del espacio que para tal fin se tenga dispuesto, además que para ser sinceros, muchas copias en exposición aburren o cansan según sea el caso, por lo que muchas copias nunca son recomendables para hacer fluida la mirada de los espectadores y posibles compradores de nuestra obra.

Como punto final, la obra debe ser mostrada atendiendo a las normas museográficas, lo que permitirá al espectador establecer un real nexo con lo que mira y establecer relaciones intertextuales entre todas las fotografías, captando si no todo, cuando menos una idea aproximada del ánimo de lo mostrado, así estemos hablando de una retrospectiva.
Prof. José Ramón Briceño, 2014
@plurifotos



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