martes, 30 de agosto de 2016

Las etapas de un fotógrafo (III y ultima parte)



He tenido la gran suerte de conocer a varios maestros de la fotografía nacional y gracias a las bondades del internet a varios que viven en distintas partes del globo, además de intentar estar al día con las entrevistas o artículos que publican otros tantos, que de vez en cuando me tropiezo en las redes sociales.La parte más interesante del caso es que todos coinciden en nunca hablar de técnica, ni siquiera asoman en la conversación nada parecido a pixeles ni equipos, mucho menos a procesados ni “revelados”, todo se resume siempre a la imagen como centro de su conversación.
 
El contacto con esta gente importante me ha enseñado que una vez superadas todas las trabas que genera el descubrimiento del oficio así como el reconocimiento, ya deja de importar el tema técnico, ese proceso cada quien lo adapta a sus necesidades hasta sentirse cómodo sin importar mucho lo que digan las “autoridades” tecnosóficas sobre el asunto, para comenzar a pensar en cómo lograr llevar el pensamiento hasta plasmarlo en una imagen, los premios y hasta los encargos dejan de importar (por lo menos dejas de decirlo a todo el mundo) pues has caído en cuenta que la imagen es lo único que cuenta , mejor aún, el discurso es al fin de todo tu trabajo , si te dedicas a ser artista y si no pues terminas empeñándote en que tu trabajo conjugue arte, discurso e información en una imagen , como los maestros del siglo XX.

Entre muchas otras cosas a estas alturas deberás sabercuál será la manera en que te ganaras la vida dentro del mundo fotográfico y el hecho de que no llegues a esta etapa con gran conocimiento filosófico tampoco es problema , cada quien se gana la vida como le provoque más allá de las opiniones foráneas, aun pretendiendo ser artista y ganar reconocimiento por las participaciones en salones o premios, ahí nadie te pregunta como hiciste tal o cual foto, la imagen habla por sí misma y los jurados son quienes deciden sin consultar con el fotógrafo . Una cosa curiosa es que en los fotógrafos viejos de los pueblos del interior, esos que algunos llaman despectivamente “foteros” por su nula preparación teórica o estética  sobre el oficio, que además en muchos casos repiten el mismo esquema de su fotografía hasta que la edad los obliga al retiro también pasan por esa suerte de desapego pues entienden que al final lo suyo es ganarse la vida, no andar compitiendo con nadie por ver quién tiene la cámara más grande ni más costosa, la cosa es ganar clientes. Un paralelismo interesante por su parecido a lo que sucede en otros círculos más cultos del universo fotográfico.

Como sé que me leen en otros países debo acotar que en Venezuela (desde donde escribo) la mayor parte de los fotógrafos somos fruto de múltiples talleres, en muchos casos con títulos universitarios en áreas bastante lejanas a la fotografía pues desde hace muy poco tiempo un par de universidades imparten la fotografía como carrera , razón por la cual sigo diciendo que es un oficio más no una profesión , a pesar de que suene a silogismo los profesionales en su mayoría son egresados de cursos y los universitarios son muy pocos para hacer cambios reales en la denominación legal del estatus académico de un fotógrafo, disculpen la digresión del tema pero me parece que aplica hacer la acotación para aclararle a los amigos de otras tierras cómo va el asunto por acá. 

Volviendo al tema fotográfico , la “adultez” fotográfica parece ser una suerte de abandono a la monomanía temática de muchos en los inicios para buscar inspiración en otras áreas, comenzar a pensar en la imagen como parte de un todo y no como la “única” cosa posible en su pensamiento, entender al fin que el producto de nuestra imaginación es todo aquello que pase por nuestro lente , no importa cuánto te ajustes o te quieras ajustar a la “realidad” eso es materia de otra discusión pues al pasar la luz por el filtro de nuestra mirada ya la adaptamos a nuestra visión particular, como mides la luz, el encuadre, la composición y hasta nuestra ideología intervienen directamente en el producto que está almacenado en la tarjeta de memoria de la cámara, eso sin contar lo que sucederá cuando se edite con el software de su preferencia, en lo que la imagen salga de nuestra cámara será una cosa muy parecida a lo que sucedió pero en ningún caso puedes asegurar que es la “realidad” absoluta , entonces (según yo, usted querido lector está invitado a opinar con argumentos por favor) al igual que la literatura, el cine, el teatro, la poesía, la pintura y cualquier otra expresión de la mente humana medianamente preocupada por el asunto estético , la “verdad” es lo último que interesa, al final es el producto lo que importa.

Otra cosa interesante de los fotógrafos que considero han pasado hace rato el umbral de la tecnosofía , es que les interesa muy poco el equipo (se de muchos que trabajan con un teléfono móvil y no le dicen a nadie) solo les interesa la imagen, la internalización de que la fotografía debe tener sentido absoluto dentro de un patrón estético, filosófico y hasta psíquico que atraviesa de manera transversal todo lo aprendido, leído, visto y vivido para terminar mostrándose desnudo en alguna pared , cosa para lo que se necesita bastante valor.

En mi caso pienso que me falta mucho por recorrer y aprender pero debo admitir que hace mucho tiempo dejé de leer sobre técnicas, de buscar cosas en la internet que de paso no podré comprar desde Venezuela cuando menos, hace rato comencé a entender al maestro Wilson Prada y otros amigos cuando hacen hincapié en evitar discutir con nadie sobre técnica, el artista es lo que muestra, no lo que dice hacer.
Prof. José Ramón Briceño
@plurifotos

 



domingo, 14 de agosto de 2016

Las etapas del fotógrafo (II)



En el post anterior hablaba de la primera etapa de un fotógrafo , quizás en mi caso (como en el de muchos) el paso del analógico al digital constituyó todo un nuevo aprendizaje, sobre todo mientras llegaban las réflex a precios accesibles para los venezolanos , sin embargo muchos nos habituamos pronto pues comenzamos a trabajar las réflex digitales tal como utilizábamos las analógicas autofoco , antecesoras de las digitales pues ya traían varios automatismos así como el milagroso autofoco que tanto reverencio pues siempre soñaba con tener un equipo con el que solo me preocupase del encuadre y los cálculos de exposición restando cuando menos ese incomodo momento del enfoque manual, sobre todo porque al disparo número cien ya tocaba trabajar por hiperfocal pues ya mi vista no aguantaba más, por supuesto con las limitaciones propias de la película de 36 exposiciones así como tener al hombro cuando menos dos cámaras para trabajar en color a blanco y negro, cuando no una tercera con película para diapositivas cuando pasé por la ventolera de hacer procesos cruzados de color por mera experimentación.
 
En la segunda fase, ya nos consideramos fotógrafos, para mis inicios muchas discusiones siempre estaban plagadas de químicos, papeles , películas y hasta técnicas de laboratorio, llegando incluso a menospreciar a los fotógrafos que no utilizaban los procesos de laboratorio manual como una suerte de apartheid fotográfico, tal como hoy en día hacen los tecnósofos de los procesos varios que hablan de revelados, RAW, HDR y demás artilugios , mirando por encima del hombro a quienes solo hacen sus imágenes en JPG como si de un blasfemo se tratase. Toca también asomarse un poco a esta manía de algunos en llamarse canonistas, nikonistas, iphoneografos y vaya usted a pensar en cuantos tipos de marcas con sus fanáticos existen.

He descubierto con cierto estupor los otros que también hacen gala de mala educación diciendo a alumnos u otros fotógrafos que si no usan tal o cual tipo de ordenador, tal o cual programa de retoque fotográfico no deberían considerarse profesionales, alegan talleres, cursos, postgrados y maestrías donde otros magna cum laudes en fotografía les aconsejaron trabajar de tal o cual manera y se aferran al ritual como si de dogmas de fe se tratasen.

En mi opinión los procesos son secundarios, al final lo que importa es el resultado (en fotografía claro) , cada quien se amolda a la técnica que mejor le resulte y a partir de ahí comenzar su investigación, la fotografía digital no existe hasta que está impresa o publicada, mientras está en el ordenador o en algún soporte, solamente son bites interpretados por una máquina que además son susceptibles a cualquier cosa que las elimine, Roland Barthes   decía que al espectador solo le importaba la imagen no como estuvo hecha.

Esta segunda etapa podría catalogarla como la del ego, los fotógrafos que están transitando por ahí se reconocen por la cantidad de datos técnicos que dan de su imagen, la descripción de sus equipos, a todos atarugan con historias de como hizo tal o cual foto, de cómo piensa alguna vez hacer tal portafolio. Tengo la impresión de que, sobre todo, están hambrientos de reconocimiento, hacen fotos a diestra y siniestra por el mero placer del disparo e intentan por todos los medios una originalidad que su misma necedad les niega, además de comenzar a abusar de las posibilidades no solo del retoque digital, se vuelven compradores compulsivos (los que pueden) de cuanto aparato les sirva para sus fines fotográficos.

Tal como dije esto no es un crimen, considero nociva esa época , solo para quienes tienen en mente ser artistas en cualquiera de las disciplinas que alcanza la fotografía, hay casos de muchos a quienes ser así les funciona en su vida profesional, pues no siempre intentar darle coherencia o pertinencia a las fotos es necesario, por ejemplo, los publicitarios (menores) que atienden lo que les pide un cliente, algunos de los que hacen bodas y quienes solo les interesa obedecer los designios de la novia sin permitirse dejar algún aporte de su opinión sobre el evento y algunos otros que no voy a nombrar por falta de espacio, incluyendo por supuesto a aquellos que hacen esas espantosas fotos de mujeres embarazadas que se ven en algunos estudios donde igual hacen ese tipo de fotos como las de carnet, pasaporte o cualquier cosa por el estilo donde no importa mucho la profundidad estética si no la cantidad de clientes atendidos por hora.

Quienes me leen de seguro conocen a alguien en ese trance, quizás también se sientan identificados, algunos se sonreirán, otros en cambio quizás no tanto. Esta etapa la vivimos todos en el tránsito de nuestro aprendizaje, es el periplo exactamente posterior a la última etapa. Lamentablemente he conocido muchísimos que jamás superan eso, quizás para intentar palear sus pobres imágenes perfectamente tomadas pero vacías en contenido, pues aún no han entendido que al final lo que interesa es que cada imagen cuente una historia, complete un discurso, diga cosas. Esa ausencia de contenidos le cierra las puertas de galerías, museos, salones y hasta prensa especializada, cosa que los vuelve con el tiempo en gentes realmente incomodas pues para ellos no importa más que la técnica y lo peor es que hasta se rodean de discípulos del evangelio de la nada fotográfica que piensan que eso es solo lo que existe.

La técnica impecable no siempre es sinónimo de calidad, los equipos de última generación, el ordenador más caro, el software de más nueva data o los discursos grandilocuentes sobre la complicada técnica con la que logran tal o cual imagen tampoco los hacen mejores, cuando comprenden que ese no es el camino ya trascienden al otro nivel que considero el óptimo para cualquier fotógrafo, sobre todo los que se consideran artistas o pretenden serlo alguna vez.
Prof. José Briceño
@plurifotos



sábado, 6 de agosto de 2016

Las etapas de un fotografo (I)



Gracias a las redes sociales no solo estamos bombardeados de buenas y (muy) malas imágenes, también hay cientos de tutoriales en español que intentan explicar los modos “correctos” de hacer imágenes. He leído muchos artículos donde gente bastante preparada en la materia hace largas disertaciones sobre el hecho fotográfico, sin embargo creo que hay (en la mayoría) una carencia muy preocupante en explayarse sobre el siempre espinoso proceso para llegar a una galería.

Cada vez que veo una imagen con su muy respetable firma , esa que dice fulano de tal “artista visual”, “photographer”, “fotógrafo” o cualquiera de las formas con las que dejan constancia de su autoría, no puedo más que sonreírme y prometer que a ninguno de mis alumnos le recomendaría tal osadía. En primer lugar el adjetivo de “artista” debe ser como el de chef, producto del trabajo por años y de los múltiples reconocimientos que el fotógrafo vaya recogiendo en un camino que en realidad jamás ha de ser apurado, cada quien tiene su ritmo y el tiempo de madurez de cada obra dependerá de varios factores cuya duración será algo particular en cada caso, no tiene sentido andar dándose ínfulas artificiales si en tu haber no has quedado ni en un salón regional, no tiene sentido alguno.

Hoy sin embargo no quiero extenderme en ese tema, más bien lo uso a manera introductoria para conversar en este monologo escrito sobre algunas cosas que me preocupan y de las cuales he hablado en otras oportunidades, sin embargo el post (que va dividido en tres partes) será dedicado a las escalas que debemos atravesar todos para poder terminar considerándonos artistas de la imagen y así poder algún día ser reconocidos en cualquier espacio como tales, más allá de las etiquetas autoproclamadas.

En la vida de todo fotógrafo hay tres etapas que se van solapando una sobre otra hasta lograr hacer de nosotros unos generadores de imágenes que bien podrían ser consideradas fotografías y que en mi opinión hemos de transitar con bastante empeño y quien quita si instalarnos en alguna de las etapas según sea nuestra ruta a seguir para ganarnos la vida.

La primera etapa la he llamado la “etapa técnica”, que va desde aprender a hacer el disparo con la medida de luz adecuada hasta la postproducción de cada imagen, como no todos los fotógrafos están obligados a terminar de artistas he visto a bastantes estancados en esa parte y no les va ni mal pues su trabajo depende de hacer copias fieles de lo que su cliente les pide, como en el caso de muchos de quienes se dedican a la publicidad , sobre todo en países donde se trabaja de manera organizada, con history board , equipos de estilistas que preparan la escena, directores de fotografía, productores y hasta diseñadores para “revelar” el negativo digital que produzca el trabajo , por tanto la creatividad queda relegada al trabajo de otros y el fotógrafo más que artista se convierte en un técnico impecable pero sin iniciativa, también por lo general se convierten en unos monstruos insoportables de los procesos inalterables pues “así lo dicen las reglas” .

También hay quienes se dedican a otras cosas menos complicadas como eventos sociales , registros de oficinas y cualquiera de las cientos de aristas donde la fotografía  no tiene que ser nada del otro jueves ni los clientes lo exigen, por ultimo tenemos a los que por alguna razón se estancan ahí, manejan sus equipos a la perfección pero su trabajo es una postal cualquiera de las millones que se ven desde la invención de la fotografía a color, además de estar empeñados en que una imagen en blanco y negro es “artística” cuando la realidad es otra.

A pesar de que los comentarios anteriores parecieran ser negativos no puedo dejar de hacer hincapié en que siempre ha de transitarse la etapa técnica, aprendérsela a rajatabla, cuando menos hasta donde sus necesidades expresivas o laborales lo exijan, pero en ningún momento cerrarse ante otras posibilidades ni atarse a procedimientos técnicos “inamovibles” pues como en todos los oficios hay varias maneras de hacer una misma cosa y al final lo importante en realidad es el procedimiento, nada ganamos con volvernos talibanes ortodoxos de la tecnosofía digital o analógica pues más adelante veremos como esos procesos van cambiando según vamos mutando nuestra forma de mirar.

En el próximo articulo veremos algo sobre la segunda etapa que he dado en llamar “La búsqueda”, antes de despedirme por hoy quisiera invitar a mis lectores a ver mis clases básicas en los tutoriales de Blipoint.com y si no quieren comprar afiliación primium que es la que da acceso a esos tutoriales también pueden comprar mi manual básico de fotografía digital en Amazon, hasta la próxima semana. 

P:D los invito a leer este post en mi otro blog  Opiniones desde esta esquina del tercer mundo y si no pueden colaborar tambien se vale compartir para lograr la meta, muchas gracias.

Crónica para un proyecto complicado Prof. José Ramón Briceño, 2016
@plurifotos