jueves, 26 de mayo de 2022

Regalar el trabajo

 

Los fotógrafos del siglo XXI la tenemos difícil, toda la tecnología está pensada para que la mayor cantidad posible de clientes puedan tener el mejor aparato para hacer fotos a un costo menor, tanto que ya quienes tengan en su bolsillo un Smartphone de al menos hace cuatro años ya tiene un estudio de grabación, filmación y fotografía de bajo costo casi al instante, situación que ha traído como consecuencia no solo la perdida de trabajo para muchos, también la extraña idea de que el trabajo de los fotógrafos es algo que cualquiera puede hacer.

Aunque sea doloroso tienen razón, en principio al menos cualquiera puede tomar su Smartphone y con un poco de maña hacer el trabajo de un fotógrafo , debo admitir que me valgo de eso para sacar trabajos personales pues la cámara réflex es un aparato que llama demasiado la atención y en Venezuela llamar la atención muchas veces se paga con un asalto bien de los ladrones como de las autoridades que tienen como objeto primordial incordiar a cualquier profesional gracias a su paranoia, como si Google (y los satélites espías) ya no los espiara hasta cuándo van al baño, en cualquier caso pierdes el equipo por un descuido, en cambio con el teléfono pasas desapercibido y hasta te puedes ganar la vida vendiendo la imagen sin andar con un equipo que fácil vale cuatro veces el costo de un móvil de gama media, cosa maravillosa por cierto.

 


 

El asunto se pone álgido cuando algún despistado que a cuenta de amigo (pensando muy bien) quiera ayudarte a hacer contacto con posibles clientes y ofrezca tus servicios (de gratis) intercambiando con comida y bebida para que le hagas el trabajo a alguien que no solo puede pagar el servicio, también es un fulano importante como para utilizar el momento como una forma de ganar puntos con el que se casa, es una de las pocas ocasiones en que enfurezco por razones laborales, vaya que la cosa está difícil, el trabajo escasea pero no por eso vas a rebajarte a cobrar con comida algo que cuesta bastante más, si lo que quieren los amigos es ayudar buscar formas de limosna no es el modo.

 

Esto me ha sucedido un par de veces, gente que a costa de pensar que el trabajo de fotógrafo es una tontería piensa que es una buena idea comprometerte por comida y fiesta, así sean las Kardashian que se casan , a menos que el intercambio sea por un artículo completo con el making of y los resultados de la boda en digamos que Sony entretainment televisión o de intercambio con alguna influencer no hay modo en el que hacer fotos de gratis sea un escenario posible, eso solo queda para los afectos más cercanos, el resto que pague , además quien no gasta dinero en un servicio tampoco lo aprecia en toda su extensión , la gratuidad funciona como un gesto de amor , no de genuflexión.

Ahora bien el negocio ha cambiado muchos de mi generación (comenzamos en los años noventa)han ido mutando en sus modelos de negocio, algunos hay que se han dedicado a nuevas formas de mercadear su trabajo (mi tienda) , otros se han dedicado a la enseñanza y he descubierto que hay hasta quienes han vuelto a los procesos químicos como una forma de ganarse la vida  y aunque estoy consciente de lo maravilloso de la fotografía digital y de las muchas ventajas que tiene tener un artefacto como el Smartphone en el bolsillo  también estoy claro en que cuando te comprometes a realizar un trabajo como una boda , por ejemplo, estás forzado a sacar a relucir todos los trucos del oficio, amén de sacar todas las ventajas de las ópticas de tu cámara, hay cosas que ni tan siquiera un smartphone de alta gama hacen , que solo son posibles gracias a la conjugación de recursos técnicos más habilidad en la combinación obturación/iluminación/ISO/óptica + sensibilidad de artista para lograr el resultado, en el caso de las bodas debe ser lo más parecido a la imaginación de las novias, por lo tanto la realidad es un asunto no tocado, aunque existen mil filtros de Instagram o cualquier otra aplicación (gratis o de pago) , ser fotógrafo de bodas es todo un trabajo que en ningún caso has de cobrar por comida a menos claro que un alma caritativa te saque de a indigencia, en ese caso bien vale el intercambio por algo que además ibas a gastar de todas maneras, tampoco es que se intercambia por una cena en el Waldorf Astoria con habitación y desayuno incluido, la oferta en esos casos es de solamente lo ofrecido en la fiesta, como un invitado más, cosa que de todas maneras no harás porque debes estar pendiente de todo el proceso, así que el amable cliente que te ha invitado a su boda para que le hagas las fotos ni siquiera gasta papel porque la invitación llega previo mensaje de Instagram, seguramente enviado usando el wifi de la oficina, toda una estafa basada en la esperanza nunca realizada de que le hicieras las fotos en su boda, que seguramente cuesta no menos de doscientos dólares por invitado y son un montón.



 

En todo caso hay ocasiones en las que un intercambio sea posible, la recompensa debe ir acompañada de una ventaja igual o similar en importancia para el futuro, tampoco aplica el viaje a un sitio espectacular para regalar las fotos al contratante, él igual debía hacer ese gasto, todo el presupuesto está centrado en hacer fotografías, pero ese es su problema, si quiere un fotógrafo para mostrar su negocio maravilloso debe pagar por el servicio, en igual proporción debe pedir retribución el cliente, si no tienes al menos un par de publicaciones importantes o un millar de otras menos famosas , procura al menos que te den el alcohol que desees para poder decir que una vez te emborrachaste junto a una bella mujer viendo las luces de caracas mientras anochece desde el hotel Humboldt, de resto amigos, si tienen un oficio no regalen el trabajo, eso aplica ara diseñadores, escritores, pintores, dibujantes, artistas que quieran ser respetados, nunca jamás regalen el trabajo, además de que es maravilloso recibir felicitaciones por tu trabajo también hay que comer, cobrar excesivamente barato tanto como no hacerlo va en detrimento de tu oficio y en el de todos los que pretendemos vivir de él.

Profesor José Ramón Briceño Diwan

26/05/2022

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