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jueves, 9 de enero de 2025

Fotografía Pura: Mito o Realidad

 Cuando ya uno cree que el siglo XXI arrasó con todo vestigio del siglo pasado te encuentras con fotógrafos que aseguran ser más talentosos porque no editan sus fotos, se hacen llamar puristas. Ven la edición como un pecado capital que resta brillo a su trabajo, sea cual fuere el tema que les guste fotografiar.

Consideraciones previas

Antes de comenzar mi argumento debo acotar que solo trabajando con película de gran formato, un negativo tan grande que su reproducción bien puede limitarse a  copia por contacto, por tanto ha de ser  lo más cercano a la perfección, en ese caso se  debe ser un maestro para trabajar con una placa 8 X 10 para exponerla de modo cercano a la perfección pues la copia por contacto no permite muchos malabares en el proceso, pero, stricto sensu* , ya con el proceso de revelado estamos alterando la imagen, hay una multitud de factores que pueden alterar la “realidad” y el profesional que ya sabe por experiencia donde las luces y las sombras le pueden jugar una mala pasada apela a tras estrategias como diluir, enfriar, sub o sobre revelar el negativo para lograr el resultado satisfactorio, si lo ponemos en términos del siglo XXI el proceso químico bien podría ser una suerte de pre Photoshop , no importa cuan maestro seas siempre vas a buscar la forma de mejorar (desde tu opinión) el resultado final, podemos citar a Ansel Adams y sus fotos de Yosemite, quien sabe cuantas variantes le dio al proceso de revelar sus placas para lograr el magnifico resultado de sus copias por contacto, tanto mejor las ampliaciones, la no intervención de la imagen es más una pretensión que una realidad.

Realidad versus fotografía

Ahora pasemos a otros temas que nos pueden ser más cercanos, suponemos que la no intervención de la imagen es un intento por generar una reproducción fiel de lo que sus ojos miran, pero pierde de vista que hasta en automático hay una máquina que toma las decisiones, si trabajas en analógico desde el mismo instante en el que pulsas el disparador ya alteras la realidad, de modo más que voluntario, decides ISO, marca de película, químicos de revelado, temperatura del revelado, quizás hasta puedas decidir usar el rollo de película ISO 400 para ser expuesto como ISO 1600 para poder hacer fotos nocturnas sin tener que recurrir al trípode , el resultado del “forzado químico” será también determinado por la temperatura del producto seleccionado para el revelado ( fijado de la película), de su dilución y hasta del agitado del tanque, destrozando la “realidad” pues ese proceso responderá a la intención comunicativa (imaginada) por el fotógrafo. Cuando pasamos a la copia el asunto se pone más álgido, rara vez todos los santos dicen amen y la copia final no necesita malabar alguno para verse hermosa, pero el guion normal es analizar las diferentes luces en el negativo y dar un tiempo específico a cada sector de la imagen para resaltar texturas y formas que den el clavo con la intención comunicativa del autor, me perdonan los nostálgicos pero las peores copias son aquellas hechas en lote con una medida de luz (diafragmado de la óptica de su ampliadora) y un tiempo de exposición estandarizado de los laboratorios de 12 horas de los años 80´s , todas grises a excepción del milagro cotidiano del negativo perfecto.

Trabajando en digital

Digamos que trabajas en digital, la exposición, el encuadre, la óptica, la obturación y hasta el ISO poseen atributos que el cerebro humano no tiene y es un procesador tan inteligente que filtra lo que vemos eliminando de nuestro campo de atención todo lo que le moleste, de hecho, nuestro cerebro filtra la luz presentándonos un panorama que responde únicamente a nuestro marco de percepción, logrando presentarnos una imagen siempre idealizada de lo que nos rodea.

El Maestro Wilson Prada le decía a su alumnos que lo importante era el indio , no la flecha, eso en otras palabras es que el bien más importante de un fotógrafo está en su cerebro, esos se hacen a la medida, por tanto el fotógrafo debe hacer lo que tenga que hacer con su foto para acercarla lo más posible a su intención comunicativa y si ya desde el momento en el que tomas la decisión de hacer una medida de luz, diafragmado, ISO , encuadrado, composición ya intervienes la foto, entonces mejorarla debe ser el paso siguiente, el fotógrafo muestra lo que ve, no lo que hay.

¿La realidad retratada?

No me voy a poner cuántico, pero es inevitable hablar de la diferencia que hay entre lo que miras (como nuestro cerebro procesa la imagen para enviarla al archivo cerebral) y otra posiblemente muy distinta lo que hay pues la realidad es percibida por cada quien, de un modo distinto, lo que para uno es un hermoso sol tropical del Oriente venezolano es la resolana incómoda de la turista caraqueña que va quejándose del calor. La calle oscura de quien usa un Iphone 13 pro tal, es distinta del usuario del mismo aparato que termina editando la noche caraqueña hasta hacerla parecer de neón en una noche de farra, quien además integra a su imagen toda la estridencia de la situación, mientras el primero se lamenta por no tener un trípode y poder detenerse lo suficiente para una larga exposición , su vecino aprovecha las ventajas de no estar atado a más realidad que la de su corazón, aunque ambos tienen el mismo sentimiento lo digieren de diferente modo, quien no se atreve a editar en realidad no quiere dejar ver lo que hay en su pensamiento, el otro quiere compartirlo.

Ese mismo ejemplo puede ser dicho de millones de situaciones, casi tantas como humanos hay en el mundo, tengo la impresión de que quienes alegan no editar su trabajo son seres cicateros con su mundo interior, seguramente personas que interpretan el universo de modo natural, atados a unas leyes de la realidad que no aplican a la fotografía, con la inteligencia amordazada tras la coartada de un falso purismo imposible de acometer desde el proceso mismo de gestación.

Quizás todo es una idea que tengo por un sesgo profesional (aparte de fotógrafo soy profesor de Lengua y Literatura con estudios avanzados sobre literatura latinoamericana) , es muy factible que sea victima por intoxicación del realismo mágico de mi tierra que me hace pensar en la realidad como  una convención, por tanto fracturarla debería ser una obligación, tanto más en esta época de maravillas digitales que en analógico ya me hubiesen valido otro divorcio de tanto estar encerrado en el laboratorio para hacer la mitad de lo que logro con una simple aplicación gratuita en mi iphone6.

Prof. José Ramón Briceño Diwan

06/01/2025

*Stricto sensu: Stricto sensu (o sensu stricto) es una expresión latina que significa ‘en sentido estricto’ o ‘en sentido restringido

Fuente: Newsletter en Linkedin Notas fotográficas 



 

sábado, 4 de enero de 2025

La intención comunicativa, la fotografía y otras ausencias virales

 

Debo admitir que el fenómeno “Hate” me encanta pues (al menos en mi caso) a alguien le incomodó mi texto lo suficiente como para moverlo a protestar, eso por lo general desata muchos otros comentarios, lo que sabemos alebresta al algoritmo haciendo que mi texto comience a ver luz entre detractores y defensores, el tema que vengo a tocar hoy tiene bastante potencial como para desatar una batalla campal. Antes de proseguir con el tema voy a aclarar que no tengo en absoluto ningún problema con las expresiones folclóricas ni mucho menos con mis compatriotas ni por su música, estilo de vida ni atuendos festivos o no, con esto en claro comienzo mi disertación.

Poesía e intención

Hace unos cuatro meses envié una fotografía para que participase en un Salón Nacional de Arte en mi país (Venezuela), una de esas imágenes donde mensaje y estética se opacan entre sí, como todos sabemos en este país hay una censura bastante fuerte con respecto a cualquier cosa que contraríe a la propaganda oficial. La fotografía titulada “Retrato de un Náufrago es una escena muy normal en ciertas zonas de Caracas donde los mendigos hacen nido en cualquier calle medianamente segura y se echan a dormir, incluso tienen cobija y colchonetas que esconden en las cornisas de algunos edificios viejos o en los techos de los kioscos, obviamente un mendigo no tiene cabida en un salón nacional, tanto menos fotografiado en Caracas, la verdad es que como me gusta mucho la imagen y transformé un mendigo en un náufrago, una forma muy poética de comenzar a retratar no solo a los seres invisibles que pululan mendigando o comiendo de la basura en la capital, significa también una reflexión en torno a como terminó allí, ¿Qué tan horrible era su vida que ser mendigo lo hace mucho más feliz?, ¿Qué tan mal lo trató la economía?, ¿Cuánto vicio mal orientado lo lanzó a malvivir por las calles?, ¿seria un paciente psiquiátrico cuya depresión se salió de madres y terminó allí gracias a su miseria?, todas las preguntas son posibles y existen infinidad de respuestas casi automáticas, como eso del rechazo al indigente, pero a mi me interesa mucho verlos como un recordatorio de poder terminar así en cualquier momento y por cualquier cosa, vaya que desde el 2020 cualquier cosa puede pasar incluyendo la necesidad de terminar de mendigo sin tener más culpa que ser víctima de las circunstancias.

Aun con todo el posible (y factible) contenido político que carga en esa imagen, adjetivar al retratado como un náufrago le permite (como la buena poesía) expresarse del modo que le provoque al espectador, recordemos que una vez la foto (pintura, escultura, poesía, literatura y todas las artes en general) la decodificación y posterior traducción de esa imagen en el cerebro de los espectadores ya no es problema del autor, todas las interpretaciones son válidas y por tanto la única forma de hacerlas acercarse es precisamente valerse de todos los recursos a tu alcance para poder tener chances para lograr que ese espectador valide la intención comunicativa del autor, un fenómeno que puede ser incluso inconsciente, el cerebro tiene la nece4sidad de dar marco lógico a todo lo que ve, no todo pasa por el consciente , la mayoría de las veces el subconsciente absorbe el discurso real y lo permea hasta el consciente, todos hemos visto alguna cosa que nos perturba y solo nos tranquilizamos cuando le encontramos una explicación.

La comunicación que no se ve

Veo con profunda preocupación como los fotógrafos jóvenes (en su mayoría) de Venezuela están empeñados en hacer un catalogo de vistas venezolanas , paisajes hermosos, Diablos Danzantes, gente de los Andes, niños, viejitas, playas azules con paisajes de ensueño, todas maravillosas pero totalmente carentes de intención comunicativa. Me niego a creer que nadie se ha dado cuenta lo vuelto loco que se ha vuelto el mundo, no entiendo como no hay al menos cien portafolios de como los venezolanos ven el mundo que les ha tocado migrar, por cual razón no me he tropezado con alguien que retrate la “realidad” de cuanto ha cambiado el país en 10 años, ¿Cómo es eso de que no hay nada que los moleste?, ¿Qué es eso de tener que ser literal para decir algo importante?

Temas fotográficos hay a montón, si lo que venden son fotos de los Diablos danzantes esfuércense también para hacer un portafolio que cuente quienes son los diablos danzantes cuando no es Corpus Christi, ¿de que viven?,¿qué comen?, ¿por qué son Diablos? Y así un montón de preguntas que quedan sin respuesta, que además le darían sustento a la memoria visual del país, no importa de que vivas, creo que podrías ser más relevante que un día en vez de fotografiar lo que hay, prefieras mostrar lo que ves, de eso se trata el arte, de hacerse peguntas y buscar respuestas con la maravillosa ventaja de no estar atados a la realidad, eso nos permite hace pasar a la realidad como una visión bastante particular, tanto para hacer resistencia  como para proclamar tu opinión sobre cualquier tema, quizás sea un sesgo profesional pero lo que no entiendo no lo retrato, aunque se puede dar el caso de comenzar a buscar una respuesta sin tener idea de cual realmente es la pregunta.

Repito, si lo que vendes son paisajes y te van maravillosamente no tengo ningún problema, ahora, que todos hagan paisajes y escenas folclóricas maravillosamente encuadradas, reveladas magistralmente, un trabajo que raya en lo perfecto si lo ponemos en términos técnicos pero vacías de contenido pues no responden a ninguna pregunta, tampoco expresan alguna idea, mucho menos se cuestiona el entorno, volviendo a la fotografía un símil del reguetón, muy pegajoso pero de nulo contenido intelectual.  

Fotografía e intelectualidad

Ser fotógrafo es también formar parte de la intelectualidad de un país, un intelectual no es aquel que sabe mucho (o presume de ello) un intelectual se hace muchas preguntas, para ellos todo debe tener una explicación y en esa búsqueda la necesidad de compartir su visión se hace obligatoria, quizás el trabajo no sea para hacerse influencer (otra vez la cultura al estilo reguetón) pero si para dejar constancia de las dudas que te abruman y eso va del amor al odio, todas esas dudas aplican y el mundo está lleno de señales para comenzar a buscar la respuesta, pero solo funcionan cuando el artista comienza a usar la estética como disfraz para evitar las miradas indiscretas, una suerte de lenguaje de masas donde la poesía se ha transformado en lenguaje para iniciados. Hablemos de un ejemplo práctico , cuando era un muchacho no había fiesta en mi país que no pusiera en la pista de baile “Burbujas de amor” del maestro Juan Luis Guerra quien de modo tan elegante (y tropicalmente alegre) ponía a bailar a la gente con un poema erótico de alto voltaje , y cito “Quisiera ser un pez/Para tocar mi nariz en tu pecera/Y hacer burbujas de amor por dondequiera, oh-oh-oh/Pasar la noche en vela/Mojado en ti” una evidente alegoría al sexo oral que podría decirse con menos palabras pero jamás con más elegancia , sobre todo para una canción que estuvo de moda en un país donde habían cerrado una televisora por cinco minutos de porno a media noche.

Como encontrar el camino

Volviendo al tema y conociendo de primera mano la dificultad de llegar hasta la imagen estéticamente correcta pero con intención comunicativa lo único que puedo recomendar aparte de lo evidente; lean, vean buenas películas, investiguen sobre  la obra de los maestros, busquen sus historias, lean critica estética, mucha ficción además, tómense un momento de cualquier día o noche y hagan una lista de los temas que los perturben, atemoricen, que les encante o que odien , escojan uno y en papel hagan una descripción de como harían para contar esa historia en imágenes, que necesitan, donde deberían ir, como la procesarían, piensen que le están mostrando la foto al peor de sus críticos , sean los más despiadados críticos de su obra, busquen el tono discursivo, si lo harían en forma de chiste, fotonovela, urbano, en color, blanco y negro, alto contraste recodando que solo tienen la imagen y su título para dar al espectador un acercamiento a su intención comunicativa, un ejercicio perfecto para comenzar a buscar una formula que les permita dejar fluir su idea, claro, eso necesita una cuota de valentía, pararse y decir lo que sea, sin importar lo que otros opinen es un acto de valor que aplica para todo, sobre todo en esta época de algoritmos y viralidades.

Empecemos por dejar de hacer fotos venezolanistas para hacer fotos venezolanas, con una intención comunicativa tan particular como nuestro gentilicio e historia, mientras no lleguemos allí seguiremos siendo unos excelentes técnico de historias vacías que tienden a repetirse con escasas variaciones en la mirada de muchos.

Profesor José Ramón Briceño Diwan

04/01/2025

 


lunes, 2 de diciembre de 2024

La fotografía como herramienta de interpretación, Live en YouTube

 

Este eterno pensar en cómo asumir el significado de hacer fotografías, todas las respuestas son válidas, puede ser desde un acto hedonista hasta un ejercicio diario para ayudar a la memoria, pero además hay que ganarse la vida, por tanto, todo el caos que puedes ver en cualquier parte hay que darle un orden y sobre todo dotarlo de un lenguaje común que puedan entender todos los observadores posibles, hay símbolos, acciones y situaciones que solo son lógicas en ciertos marcos culturales , puede que un padre noruego pueda fotografiarse bebiendo cerveza con su hijo de 14 años, en su marco cultural eso es de lo más normal, o el muy elegante abogado inglés que se toma media pinta de cerveza negra con el desayuno antes de ir a trabajar sin que sea un drama que fácil terminaría en tribunales por ir a trabajar bajo la influencia del alcohol, esas acciones solo responden a su cultura y tienen tantos años haciéndolo que debe ser el equivalente a celebrar la pesca de la primera gran presa un día cualquiera, de esos que celebran padres e hijos hasta el fin de sus vidas.

A continuación, quiero compartir el Video del Live que hice explorando el tema no solo de la fotografía como herramienta de interpretación, también como la estructura del ensayo fotográfico nos ayuda a precisar esas herramientas de interpretación de modo menos complicado




Si quieres donar acá puedes con PayPal 

sábado, 30 de noviembre de 2024

Cómo Empezar a Crear un Portafolio Profesional de Artista: Introducción al concepto


Si eres fotógrafo y estás comenzando a construir tu portafolio, es probable que te encuentres con algo de confusión. El concepto de "portafolio" puede parecer simple a primera vista, pero cuando te adentras en él, descubres que hay diversas formas de abordarlo, especialmente si eres un fotógrafo artístico. En este video, quiero aclarar una de las dudas más comunes entre fotógrafos novatos y profesionales: ¿cómo empezar a crear un portafolio de artista?

 

Existen principalmente dos tipos de portafolios fotográficos: el portafolio comercial y el portafolio artístico. Cada uno tiene un propósito y enfoque diferente, y comprender sus diferencias es esencial para que puedas elegir la mejor estrategia para tu carrera. El portafolio comercial tiene como objetivo atraer clientes y demostrar tus habilidades para satisfacer necesidades específicas, como realizar sesiones de producto, moda o fotografía editorial. Este tipo de portafolio está diseñado para convencer a un posible cliente o jefe de redacción de que eres el profesional adecuado para cubrir sus pautas o ejecutar una campaña de manera efectiva. Sin embargo, con la democratización de la fotografía gracias a los smartphones y cámaras más accesibles, la demanda de fotógrafos corporativos ha disminuido, y hoy en día la competencia en el ámbito comercial es feroz.

 Por otro lado, el portafolio de artista es más complejo y profundo. Su objetivo no es convencer a un cliente de tus capacidades, sino contar una historia o comunicar un mensaje a través de tus imágenes. En este tipo de portafolio, cada fotografía se convierte en un capítulo dentro de una narrativa visual que refleja tu visión única sobre el mundo. La fotografía artística puede abarcar una amplia gama de enfoques, desde fotografía conceptual hasta fotografía documental, y todo lo que hay en medio. En esencia, el portafolio de artista es una manifestación visual de tu percepción del mundo, de cómo eliges organizar y presentar la realidad según tu visión creativa.

 En este video, exploro cómo puedes empezar a conceptualizar tu portafolio artístico, desde la selección de las imágenes hasta la creación de una narrativa visual coherente. Tal como dijo un participante en una de mis transmisiones en vivo en Facebook, un portafolio fotográfico es como un libro: cada imagen es un capítulo que, en conjunto, debe comunicar una intención o mensaje claro. Si eres un fotógrafo que se siente perdido o abrumado por la idea de crear tu primer portafolio artístico, este video es justo lo que necesitas. Acompáñame y descubre cómo empezar a estructurar tu portafolio desde cero.

si te interesa la información y quieres colaborar puedes hacer tu donación acá , también acepto Binance

 



jueves, 7 de noviembre de 2024

Brevísimo manual para encontrar Motivos fotográficos


Todos los que comienzan en el camino de la fotografía adolecen del mismo mal, una búsqueda exótica de “motivos fotográficos”, para ello organizan viajes, expediciones, hacen estudios en casa, compran cientos de gadgets , invierten miles de dólares en equipo que el tiempo demostrará inútiles según evolucione su trabajo, compran libros de técnica fotográfica, suben millones de imágenes y algunas fotos a las redes sociales, quizás lo peor parte son aquellos que solo se rodean de otros aspirantes solo para felicitarse por el montón de sitios comunes que son representados en sus fotografías, personalmente creo en la crítica acertada y valorada sobre el trabajo, si te rodeas solo de acólitos es complicado luego luchar contra la frustración del mundo real más allá de los “amigos”, lo hago entrecomillado porque los verdaderos amigos te señalaran los errores y te aconsejaran según su experiencia, el resultado final y la adaptación a lo que sucede con el espectador desconocido con respecto a tu trabajo afirmará o cancelará las críticas del círculo, ese es un maravilloso punto de inicio para saber si vas bien.

A todos nos gusta viajar, auxiliar el viaje con la cámara y rehuir del bullicio para aislarse tras el visor es un vicio que me cuesta un poco dejar, sin embargo he ido distanciándome de ellos para ir buscando a mi alrededor el tema fotografiable, considero que parte de la búsqueda de cualquiera que se pretenda fotógrafo serio es la de plantearse preguntas, pero todas son válidas incluso la simple, esa de cuestionarse el mundo en que día a día te desenvuelves y para ello valerse de cualquier técnica. Si el asunto es de viajar para buscar mejores imágenes la premisa ha de ser la misma, como hago de ese paisaje/situación/escenario/viaje algo digno de compartir, sobre todo pensando que lo que para uno es extraordinario para otros muchos no lo será. Por ejemplo, si visitase el Himalaya para mí sería un motivo extraordinario el paisaje desolado hasta el campamento uno, sin embargo, para el sherpa es solo un día más de trabajo, igual aplica con los pescadores de Choroní, los tangueros de Buenos Aires o los vendedores de chamoyadas de Yucatán, el asunto es convertir lo ordinario en extraordinario, de hecho viajar no solo significa moverse físicamente del lugar en donde vivas, ese viaje también puede ser interno y la fotografía es la mejor forma de viajar sin moverse de ninguna parte, el asunto serio está en conseguir como ordenar las ideas para poder compartir el paisaje del viaje de modo que sea de fácil lectura para el espectador de nuestr4a trabajo, recordemos que somos lo que mostramos, no lo que decimos hacer.

¿Dónde encontramos en Motivo fotográfico perfecto?

El “motivo fotográfico” nace dentro de nuestro cerebro, en la duda, la curiosidad y la claridad en la intención comunicativa donde confluyen técnica, maña y aprendizaje más allá del equipo del que dispongamos, si no hay nada que contar entonces tampoco hay un motivo fotográfico válido, aunque parezca una trampa porque podemos fotografiar paisajes, escenas de la ciudad y cualquier otra cosa para apelar a la nostalgia de los posibles clientes sin más necesidad comunicativa que esa, sin embargo si le agregamos algo que decir valiéndonos de las herramientas del oficio, es posible vender más y de paso encontrar ese motivo en las situaciones más ordinarias, logrando imágenes mágicas donde lo común es no verlas .

 Como conseguirlo

La pregunta común de mis alumnos es ¿Cómo se puede saber si algo es fotografiable? ¿Cuál es la manera en que descubro como es una foto para un salón de arte? ¿Cuáles son las imágenes validas al momento de plantearse un portafolio?; la respuesta invariablemente es, todas y ninguna, todas porque el mundo está pleno de millones de segundos no utilizados y que nos podemos robar, la idea de ser artista es la de doblar la realidad para elevarla a otras cotas creíbles o increíbles, eso es otro asunto para discusión. Lo importante es hacer que esa realidad deje de ser cotidiana para nuestro espectador, que sea fácilmente reconocible y si queremos hacer algo conceptual, deberemos hacer nuestra imagen lo suficientemente legible para que todas las lecturas quepan, desde la que hace el espectador despreocupado hasta la del ojo experto que diseca cada fotografía y su interrelación con el mundo, así como las posibles estrategias intertextuales del autor.

La imagen ramplona del paisaje bonito, la viejita, el niñito, la pared descascarada, el pueblito miserable, la playa luminosa, el bosque encantado y cualquier otro lugar común debería ser dejado de lado, buscar en esos mismos motivos espacios “diferentes” para su abordaje. Esta y no otra debería ser la búsqueda de todo fotógrafo, conocer el lugar común para obviarlo, quizás comenzar por ahí solamente para abandonarlo en el camino e ir buscando su propia identidad dentro del universo de la imagen, de nada vale un equipo costosísimo si vas a hacer las mismas fotos que mi mamá con su móvil.

Profesor José Ramón Briceño

07/11/2024

El próximo martes 12 a las 8pm (hora de Venezuela) voy a hacer un live para conversar sobre la fotografía como herramienta de interpretación, están invitados 

https://www.facebook.com/share/14FtRqCSdu/

lunes, 2 de septiembre de 2024

La fotografía analógica, un evento cuántico

 Nunca he sido bueno recordando fechas, si no fuese por Facebook no sabría el cumpleaños de casi nadie, tanto más los datos específicos de curso alguno que he tomado en mi vida, de ello solo sé que en los primeros días de septiembre del año 1992 entré por primera vez a un laboratorio de fotografía, es difícil para mí explicar la maravilla de ver como el papel en blanco era expuesto a la luz y lentamente aparecía la imagen latente. De aquellos primeros meses recuerdo la crisis existencial que me causó descubrir que la vista es el sentido menos fiable. El tacto necesita contacto, el gusto tener que saborear, el olfato es asunto de respirar pues las partículas flotan, el oído solo necesita una fuente pero la vista, es en realidad el resultado de la luz que rebota sobre los cuerpos, por tato hay múltiples variables que la pueden modificar, desde una luz en un espectro distinto(luz negra por ejemplo) hasta un proyector , eso sin incluir la imaginación que puede transformar casi cualquier pareidolia en un evento con múltiples significaciones aun cuando esta sea el producto de la manía cerebral de buscar sentido a todo lo que vemos según nuestro marco cultural.

Con la fotografía analógica era tanto peor, en la mayoría de los casos hay que recurrir a la memoria para reconstruir la escena tal cual la reconocemos, pero antes de eso y totalmente a ciegas, basándonos en una cantidad de factores que van desde la óptica, pasando por el ISO de la película, el tipo de película, la velocidad de obturación, el enfoque, la profundidad de campo y el diafragmado para tener una idea de que vamos a tener como resultado final, que será solo idea hasta el resultado cuyo final lo veremos en una copia que como muy rápido tendrás en 24 horas, a menos que trabajases en un medio de comunicación donde los resultados eran cuestión de horas pero de igual modo nadie sabía nada hasta que tuvieses la copia final en mano.

Este mes se hacen 32 años de aquella primera experiencia y este año (en algún momento) se hicieron 30 de la primera publicación en la prensa local. Recién hace unos años comencé a buscar información sobre el fenómeno de la física cuántica que dicho sea de paso hace un exhaustivo análisis del comportamiento de la luz, menos mal empecé en esto de la imagen muchos años antes de que el internet se hiciera popular y la luz del entendimiento comenzara a buscar maneras de obtener información sin esperar que la providencia (o alguna biblioteca) me pusiera los textos a tiro, de haber sido hoy la idea de cómo se comporta la luz desde el asunto cuántico me tendría en ascuas totales, quizás en vez de ser profesor de castellano me hubiese decantado por estudiar física para seguir siendo fotógrafo, pero la vida es como es y por acá me trajo, buscando cosas he caído en cuenta de algunas semejanzas entre lo que sucede en el universo cuántico y lo que sucede cuando nos planteamos hacer fotografía analógica, como mis nociones de física no pasan de ser un compendio de ariculos a nivel divulgación me he ayudado de una IA para que acompañe en la investigación y este fue el resultado.

Entre las muchas pruebas y teorías que respaldan el misterio de la luz y que pueden ser usadas como referencias para hacer analogías bastante cercanas al proceso analógico vamos a usar tres;

El experimento de la doble rendija: Ahora, pasemos a la fotografía analógica. En la fotografía analógica, se utiliza un rollo de película que reacciona a la luz. Cuando tomas una foto, la luz entra a través del objetivo de la cámara y llega a la película, creando una imagen latente que solo se vuelve visible después de un proceso de revelado y copia. Hasta que no revelas la película, no sabes exactamente cómo ha quedado la imagen; es como si la imagen estuviera "oculta" en el negativo, esperando a ser descubierta. Cuando intentamos observar por cuál rendija pasa la luz, es similar a cuando abrimos la cámara antes de revelar la película. En el experimento, esto hace que la luz se comporte como partículas individuales y no forme el patrón de interferencia. En la fotografía, al mirar el negativo antes de revelarlo (es decir, tratar de descubrir qué imagen hay antes del proceso completo), alteramos el resultado final.

El principio de incertidumbre: Estado Latente y Medición: En la fotografía analógica, cuando tomas una foto, la imagen queda latente en el negativo. Hasta que revelas la película, no sabemos con precisión qué imagen se ha capturado. Esto es similar a cómo el estado del gato de Schrödinger no está definido hasta que se observa.

El gato de Schrödinger: El experimento del gato de Schrödinger es un experimento mental propuesto por el físico Erwin Schrödinger para ilustrar las peculiaridades de la mecánica cuántica. Imagina que tienes un gato dentro de una caja cerrada, junto con un dispositivo que tiene un 50% de probabilidad de liberar veneno en un tiempo determinado. Según la mecánica cuántica, hasta que no abramos la caja y miremos, el gato está en una superposición de estados: tanto vivo como muerto al mismo tiempo. Solo cuando abrimos la caja y observamos el estado del gato, este colapsa a uno de los dos estados posibles: vivo o muerto. Hasta que no reveles el negativo, la imagen en la película es como el gato en la caja: en un estado de potencialidad. La película ha capturado la imagen, pero esa imagen está en un estado latente, sin mostrar detalles. Al igual que el gato de Schrödinger, la imagen está en una superposición de estados potenciales: podría ser una foto maravillosa, una borrosa, o incluso una exposición fallida. El "estado" de la imagen es incierto hasta que revelas el negativo.

La Fotografía Analógica y el Principio de Incertidumbre

Para integrar el principio de incertidumbre, consideremos la fotografía analógica en esta analogía:

Estado Latente y Medición: En la fotografía analógica, cuando tomas una foto, la imagen queda latente en el negativo. Hasta que revelas la película, no sabemos con precisión qué imagen se ha capturado. Esto es similar a cómo el estado del gato de Schrödinger no está definido hasta que se observa.

Intervención y Cambios en el Resultado: Si intervienes en el proceso de revelado antes de tiempo, como al exponer la película a la luz, puedes alterar el resultado final. Este acto de "intervención" es paralelo a cómo el experimento de la doble rendija cambia el comportamiento de las partículas cuando se observa. En ambos casos, la interferencia de un acto de medición o intervención altera el estado final que se obtiene.

Incertidumbre y Medición en Fotografía: La fotografía analógica también ilustra el principio de incertidumbre en un sentido práctico. Mientras la imagen está en la película, no se puede conocer con precisión el resultado final (la foto completa) sin revelar el negativo. La incertidumbre aquí es similar a la incertidumbre de Heisenberg: no puedes conocer con precisión la "imagen" completa hasta que se ha desarrollado, y cualquier intento de manipular el proceso (como la exposición prematura) introduce incertidumbre y puede cambiar el resultado.

Comportamiento de la Luz: El principio de incertidumbre de Heisenberg se relaciona con cómo las partículas (como los electrones en la doble rendija) no tienen un estado definido de forma precisa hasta que se realiza una medición. En la fotografía, la película no "sabe" qué imagen ha capturado hasta que el revelado es completado. La imagen capturada es incierta y potencialmente influenciada por la manipulación durante el proceso, al igual que las partículas están en un estado incierto hasta que se realiza la medición.

Integrando el principio de incertidumbre de Heisenberg, el experimento de la doble rendija, el gato de Schrödinger y la fotografía analógica se conectan de manera reveladora:

En el experimento de la doble rendija, el patrón de interferencia (comportamiento ondulatorio) cambia a un patrón de franjas (comportamiento de partículas) al intentar medir cuál rendija atraviesa la luz. Esto refleja la incertidumbre en el comportamiento de las partículas: no se puede conocer ambos aspectos (posición y momento) con precisión simultáneamente.

En el gato de Schrödinger, el estado del gato no se define claramente hasta que se observe, ilustrando cómo la medición afecta el estado del sistema cuántico. La superposición del estado del gato refleja la incertidumbre inherente en la naturaleza cuántica.

En la fotografía analógica, la imagen en la película permanece incierta hasta que se revela el negativo. La intervención prematura (como manipular la película antes del revelado) puede alterar el resultado, similar a cómo la medición afecta el estado de una partícula.

En todos estos ejemplos, la observación o medición afecta el resultado final. El principio de incertidumbre de Heisenberg subraya cómo la naturaleza cuántica de los sistemas es intrínsecamente incierta, y esto se refleja en la analogía de la fotografía, donde el estado de la imagen es incierto hasta que se completa el proceso de revelado. Así, tanto en el mundo cuántico como en la captura de imágenes, la incertidumbre y la observación juegan papeles cruciales en determinar el estado final del sistema.

Conclusión

  Aunque parezca algo halado de los pelos esta relación, en el fondo no lo es, trabajamos (los fotógrafos) con luz y esta tiene esas características que de no ser por la costumbre de estar expuesto a ella desde que nacemos serían tan exóticas que parecen salidas de alguna locura conspiranoica al estilo del mundo holográfico, sin embargo las pruebas están allí, la fotografía analógica es el resultado de muchos factores científicos cuya cotidianidad nos han hecho perderle un poco de la reverencia necesaria y del intelecto de los grandes maestros que sin ser físicos (ni quererlo) han hecho delicias de la mezcla de física y química que se entremezclan con la incertidumbre de no saber el resultado del trabajo hasta que ya es muy tarde pues por lo general no hay chance de segundas oportunidades cuando hablamos de analógico. Luego de este brevísimo análisis comparativo espero que la noción del milagro de los haluros sea un poco más interesante para quienes se decidan a volver al analógico, creando nuevos espacios para la discusión profunda sobre la filosofía de la luz en confluencia con la imagen.

Profesor José Ramón Briceño Diwan

02/09/2024

 

 

 


 

 

 

sábado, 17 de agosto de 2024

Inversión en Educación vs. Promesas : Que Necesitas para aprender a ser fotógrafo

 Todos los profesionales tienen altas y bajas, no todos son el éxito personalizado y hay que ganarse la vida, para ello dar clases es una opción interesante, lo diré yo que he dedicado gran parte de mi vida profesional a la docencia donde he dado clases en cátedras universitarias hasta llegar al extremo de inventarme cursos para ganarme el pan cada tanto. En teoría dar clases es un buen modo de ganarse la vida mientras tengas el conocimiento suficiente para ello y un trabajo solido que lo respalde, pero a menos que seas un divo (o diva) de la fotografía, el trabajo de montar una escuela de fotografía es un asunto que siempre fue cuesta arriba, entre la competencia y lo elitesco del oficio (al menos en Venezuela) tener una escuela exitosa es el resultado de aguantar durante un rato todo tipo de contratiempos hasta que fama y fortuna tocan a la puerta de tu academia, ese tiempo puede ser entre seis meses o cuatro años, tal como va la tecnología si no hay una especialización en camino difícilmente tendrá éxito ninguna iniciativa.

Tiempos difíciles

En estos tiempos complicados siempre estoy pensando en que puedo hacer para captar más capital, las cuentas en casa se acumulan, la inflación es cosa de todos los días, un sueldo no es suficiente por muy profesor universitario que seas, el asunto es siempre buscar modos de ganar más, como antes de inventar nada hay que documentarse para ello no hay mejor indicador que las redes sociales, andando en proceso de investigación me tropiezo con un post en Instagram donde venden “cursos de fotografía digital” por un dólar, sin salir de mi asombro sigo revisando el post y toda la información es que una vez haces el deposito te envían por email una serie de guías, videos y ejercicios que prometen hacerte fotógrafo por poco dinero, de hecho (no voy a hacerles publicidad) su promoción está apalancada en la premisa de ensañarte un oficio para salir a ganarte la vida.

Hacerse de un oficio es algo que considero absolutamente necesario sobre todo para los que no nacimos con más bien de fortuna que nuestro cerebro y tenemos los sentidos en su justa dimensión lo que de por si es una bendición, a falta de fondos tienes inteligencia que eso es ya un camino andado, tanto más en estos años de chat GPT en los que al primer descuido serás fácilmente suplantado por un al ritmo de inteligencia artificial que aprende constantemente y puede absorber toneladas de información en segundos , mientras uno tarda (en mi caso) al menos cinco años de estudio para medio decirse especialista en algo viene la IA generativa y se aprende todo eso en segundos, por lo que un oficio así sea el de carpintero/mecánico/plomero/pintor o lo que sea no le va mal a nadie, en ese lote estuvo la fotografía por años, de hecho la fotografía ha pagado desde mi universidad hasta el posgrado pasando por darme acceso a sitios donde no hubiese podido estar de no ser por la dupla oficio/profesión pero en realidad el oficio me abrió la puerta y la profesión me permitió dar opiniones avaladas por la academia.

La experiencia hace la diferencia

Ahora bien, una cosa es hacer un curso en línea con un profesor que vaya dirigiendo el aprendizaje y quizás aprender lo suficiente como para ir por la vida haciendo cualquier tipo de fotografía para pagar las cuentas, otra muy distinta pagar unas guías y creerse fotógrafo. Siento el más profundo respeto por los maestros que me he tropezado en el camino, los que me dieron clases, los otros con los que tuve la suerte de compartir trago y conversa y hasta con quienes me peleé en algún momento por cualquier necedad profesional (propia o ajena, eso no importa) , con todos aprendí un montón, tanto como para leer algunos tutoriales y decir que están haciendo todo mal , no importa lo que diga el fabricante, por ejemplo he leído en las guías de fotografía analógica que recomiendan trabajar con los químicos a 20° , la experiencia de yo no sé cuantos cientos o miles de rollos entre los propios y los de mis alumnos durante los 10 años que estuve metido en cuanto laboratorio podía, llegando incluso a ser jefe en algún instituto allá a finales de los noventas del siglo pasado donde por aprendizaje sabía que si ponía el químico de revelado a 16° la película salía hermosa mientras que como dicen los fulanos tutoriales tenemos una película revelada con un grano excesivo, pero eso solo se prende con la experiencia y la guía de los gurúes con los que aprendí.

Entiendo que en otros países hay que hacer una licenciatura y que muchos dicen que es innecesaria por ser un oficio, la verdad todos tienen razón, si vemos la fotografía como una forma de ganarse la vida registrado la vida de los otros no hay que ser licenciado, mucho menos si lo que tienes que hacer es cómprate una cajita de luz que viene con iluminación LED incorporada y ya puedes hacer fotos de productos sin mayor drama, es más, ahora ni siquiera necesitas cámara que con un buen móvil y los accesorios indicados basta y sobra para ganarse la vida con decoro, las cámaras se usan para confundir a los clientes, para que no se enteren que su evento bien puede ser registrado con un móvil, pasar las fotos por la IA generativa indicada y listo, sin drama, pero nadie te va pagar por hacer las fotos con un móvil que para ello hay que tener aunque sea una réflex en mano.

La inversión necesaria

Sin embargo, que la fotografía sea un oficio no hace que la inversión en aprendizaje sea menos trascendental, que el cerebro sea la herramienta más importante no hace menos necesaria la inversión en educación. Si de mí dependiese nunca jamás recomendaría ningún curso/taller que dure menos de 80 horas donde al menos treinta deben ser de prácticas y el resto de información determinante sobre los mil tópicos importantes que van desde como tomar una cámara hasta el análisis de la luz, todo con la advertencia de que para considerarse experto debe tener al menos mil horas de práctica profesional. Aunque parezca mentira, ser fotógrafo no es fácil ni sencillo, la tecnología nos hace pensar eso, pero en el fondo, el arte; visto como el modo excepcional de acometer con éxito cualquier meta, es lo que marca la diferencia entre un chapucero de las IA y un fotógrafo experto, contra eso no hay marketing ni IA que te ayude a menos claro que te atrincheres en un nicho específico, pero aun estos serán superados muy pronto por la tecnología.

Hoy día la mejor inversión que podemos hacer es en investigación y práctica, para ello deben ir a buscar escuelas organizadas donde exista un pensum ajustado a la necesidad profesional del momento y no caer en estafas de cursos por un dólar que prometen hacerte experto en el tiempo que dediques en leer y observar los tutoriales, buscar a los maestros donde sea e inscribirse en sus cursos, el siglo XXI parece ser el tiempo de los tutoriales, aunque parezca mentira los tutoriales no hacen expertos pero matan oficios.

Prof. José Ramón Briceño

Caracas 17/08/2024

 


miércoles, 7 de agosto de 2024

Más introspección y menos tecnosofía


En estos tiempos ya la fotografía ha dejado de ser un espacio para iniciados y gurúes de las “ciencias inexactas” para abrirse a todo tipo de público, gracias a las cámaras digitales que cada día cuestan menos dinero (excepto Venezuela) y tienen más funciones, el asunto de hacer fotos es algo más de las masas que hace veinte años, por ejemplo, sin embargo, eso ha traído como problema que mucha gente deje de lado eso que significa ser artista o cuando menos pretenderlo.

A diario veo cientos de fotos malas en las redes, también miro con cierto estupor como hay concursos de fotografía cuyos participantes envían imágenes que podrían ser consideradas casi estandarizadas de tan parecidas unas de otras, técnicamente bien ejecutadas, son cascarones vacíos sin discurso alguno. Alguna vez he tenido que revisar el trabajo de algunos alumnos que pretendían entrar a estudiar el segundo nivel( sin haber hecho el primer nivel conmigo, así puedo ver cómo están sus habilidades), miro fotos excelentemente expuestas, en algunos casos con buenos encuadres y perspectivas interesantes, con excelente manejo del color, hermosas como un jarrón chino comprado por alíbaba, resulta que son unas más del inmenso montón de nada muy bonita que anda por ahí rodando, algunos de esos aspirantes se han levantado de la mesa luego de la discusión de sus fotos y se han ido para no volver, otros se molestan pero se quedan en sus sillas y vuelven a la semana siguiente para comenzar el periplo educativo, los menos se han puesto a discutir porque su profesor anterior le dio elogios profundos a sus fotos y que yo era un grosero por desautorizar la muy importante opinión de otro docente, a esos no espero que se retiren, se los solicito de manera muy cortes y hasta me ofrezco a dar el reembolso de lo que le pagó al instituto por sus clases.

En fin, sigo con la campaña por la necesidad de crear alumnos más reflexivos en torno al asunto fotográfico, que generen un discurso realmente denso en su trabajo autoral, para los otros espacios del oficio hay mucha gente dictando talleres, cursos y hasta diplomados pues no todas las formas de ganarse la vida con la cámara responden a ningún tipo de pensamiento profundo, sin embargo tampoco sobra quien le de algunas vueltas diferentes a las muy trilladas fotos de  eventos sociales, publicidad, alimentos, arquitectura, prensa o farándula, esas responden a otros parámetros menos exigentes pero como demuestran los maestros ; si le metes concepto funcionan mejor.

Creo en hacer un llamado a todos los amigos que dictan clases de fotografía, aunque la técnica jamás sobra, aprender las nuevas maneras de hacer fotografías siempre es bueno, también es interesante formar gente que se vea “obligada” a pensar de manera conceptual, de esos que permean su sentir u opinión personal en cada imagen que muestran, esos que terminan por ser llamados artistas y que en algún momento de su carrera terminan pensando más en la imagen que en el equipo para lograrla o los recursos que los puristas tecnosóficos gritan a los cuatro vientos.

Prof. José Ramón Briceño



lunes, 4 de septiembre de 2023

La fotografía como ficción

 Todos los profesores del mundo hacen una dinámica interesante el primer día de clases, no importa que el curso dure 6 meses o tres días, en la primera sesión debemos comentar con los alumnos nuestra carrera dentro del área donde demos esa clase, el asunto en todo caso es demostrar que por experiencia conocemos más que ellos de la materia y pretendemos transmitir ese conocimiento para que sean profesionales efectivos en cualquier área en la que les estemos dando clases, en mi caso solo han sido clases sobre fotografía , filosofía de la educación y ocasionalmente sobre literatura y las formas de construcción ficcional.

Por un sesgo profesional tengo por costumbre  integrar el conocimiento sobre construcción ficcional en mis clases de fotografía. Desde hace mucho tengo la impresión, y es que existe una fantasía generalizada e internalizada sobre una supuesta relación cercana y absoluta entre realidad y fotografía. Un absurdo (sobre todo en este siglo XXI) comenzando porque nuestro cerebro no posee controladores para forzar nuestra mirada con gran angular, teleobjetivo, ni andamos haciendo juegos malabares con colores formas o texturas, el mundo se nos presenta ante nuestros ojos de una manera y nosotros lo interpretamos de otra cámara mediante, entonces, luego que la realidad pase por dos filtros, el de nuestro cerebro construyendo la imagen porque ha decidido que la composición funciona para tal o cual proyecto, la otra cuando usamos los recursos de la cámara (cualquier cámara) para obtener el mejor ángulo que favorezca nuestras intenciones, el del procesador de imágenes que va desde el que traen todos los teléfonos y cámaras réflex de gama media (o baja) hasta los laboratorios digitales que tanto usamos , desde Snapseed hasta Photoshop o el que sea, todos son formas de alterar la realidad sin mayor problema. Esto va desde mejorar la textura de la piel hasta eliminar imperfecciones del espacio físico, mejorar la luz, resaltar las texturas, reeditar el encuadre o mejorar los cielos, todo val, de hecho es primordial.

Si la cosa es analógica no cambia tanto, según me he enterado y hasta estoy entusiasmado buscando recursos para emprender con la fotografía analógica de nuevo pero con las facilidades del mundo actual, sabemos que hay pasarelas de pago, empresas de encomiendas e internet para poder llegar a todos con distintas plataformas por lo que tampoco seria un drama instalar un servicio de esa naturaleza para ganarme la vida . El caso de la realidad versus la fotografía no cambia para nada, la realidad comienza a cambiar en el mismo momento del encuadre (ya líneas arriba explique que no vemos como lo hacen nuestras ópticas) , luego está el revelado, no sé los otros fotógrafos analógicos pero cuando cargo un rollo en mi cámara ya estoy pensando en cómo voy a revelarlo (dilución y temperatura de los químicos) para lograr los tonos grises (o de color) que necesito en mi toma, en el caso de la película blanco y lego de mucho ensayo y error descubrí que la película Ilford Hp5 ISO 400 funcionaba perfecto para mis planes si media la luz como si fuese una película de mayor sensibilidad (ISO 800) y en base a ello, acompañado de un filtro polarizador logré varias imágenes que llegaron a estar en galerías y museos nacionales e internacionales, luego del revelado especial hablaríamos de la copia, en ese caso era mucho más complicado pero también descubrí que si usaba la película con ese tratamiento y copiaba con papel Ilford multigrado pero sin filtraje en la ampliadora tenía el resultado óptimo de un papel numero dos que respondía perfectamente a mi necesidad.

Mientras todos mis compañeros y  amigos de la fotografía gastaban cantidades grotescas usando película profesional para sus trabajos, si bien yo no era la excepción en realidad utilizaba la que todos odiaban (Pro Image 100 de Kodak), el problema para los amigos era que esa película daba unos tonos muy planos cuando trabajaban con luz de día , mi descubrimiento  era que todos hacían caso del empaque pero no investigaban más, según los folletos de la compañía esa película era formulada para que los fotógrafos de oficio, aquellos que se apostaban a las puertas de las iglesias de toda Latinoamérica desde Tijuana hasta Ushuaia pudieran ganarse la vida aun con los problemas técnicos naturales de quien comienza en el oficio sin más expectativa que sacar bonitos a los primo comulgantes, graduandos, escolares con la escenografía de pupitre, lápiz , mapamundi y mapa nacional como telón de fondo llegando hasta los recién casados pobres, por lo que el fabricante ofrecía un producto que aguantaba sin problemas dos diafragmas de subexposición y uno de sobre exposición , lo que significaba que en realidad era una película ISO 400 vendida como ISO 100 para mejorar la experiencia del cliente poco ducho en las martingalas técnicas del oficio, desde ese día comencé a usarla como una película ISO 400 con este sol tropical y como ISO 100 en condiciones de luz artificial en velocidades medias , en el día rendía tonos de película cara y por las noches, si la combinaba con el flash cuya potencia estaba pensada para un diafragma por debajo de lo aconsejable según el empaque producía unos tonos dorados levemente moderados en el plano por donde llegaba mi flash permitiendo que en la imagen se colase el dorado de la iluminación festiva, prestando más alegría a una foto de bodas, por ejemplo. Ahora es más sencillo, solo tenemos que tener un buen procesado de la película y acompañarnos de un escáner de negativos para el positivado, como sueño en un mundo perfecto esas digitalizaciones deberían ser una suerte de pre visualización antes de sacar una hoja de papel fotográfico virgen para ser usada en la ampliadora, en cuyo caso  debemos hasta cambiar la disolución de los químicos para dar vida a los tonos tal cual los queremos y en este caso con el sueño pre construido de forma digital para asegurar lo más cercano a la perfección, para luego registrar esa copia en algun servicio Blockchain y asegurar que todo ese original hecho en papel fotográfico de alta calidad pueda ser considerado original por sobre todas las reproducciones que se hagan en modo digital, de eso hablé en otro apartado pero ante la avalancha de fotógrafos digitales y publicidades prestadores de servicios de impresión en el mundo , bien vale la inversión.

Aunque siempre hay fotógrafos empeñados que una foto es reflejo fiel de la realidad, hasta esa búsqueda es fatua, las cámaras tienen ópticas, filtros, sensibilidades y ángulos con los cuales jamás vemos de modo natural, por ahí el asunto ya pierde vigencia, por otra parte , la luz varía de superficie en superficie, a menos que estés trabajando en estudio no hay modo alguno en que todos los componentes de una imagen funcionen de igual modo, es más, si por casualidad estás frente a una imagen donde la luz está perfecta, donde todo queda iluminado de modo tal que puedes observar hasta las últimas nubes del cielo tropical, en esa imagen pueden seguir existiendo espacios donde requiera atención para resaltar sus texturas , mejorar el color, resaltar las sombras y así un largo etcétera de posibilidades que  todas las imágenes necesitan para estar en el rango de perfección que necesitamos.

La fotografía es una extensión de nuestro pensamiento, todo el tiempo desde que nacemos hasta que morimos siempre estamos interpretando el mundo desde nuestro marco de referencia, de ahí que la verdad sea tan relativa y hasta el concepto estético que debería ser universal, va mutando según el estrato socio cultural, las costumbres locales y hasta el nivel de experiencias de vida de cada individuo, tanto mejor el asunto fotográfico, la intención comunicativa así como el anhelo de compartir  el concepto/mundo del fotógrafo determinaran el grado de intervención que hará sobre la imagen  para ello nos valemos de las herramientas que tenemos a mano, así que a pesar de la sorpresa de todos mis alumnos siempre llegamos a la conclusión de que la fotografía puede ser interpretada como cualquier cosa menos un reflejo exacto de la realidad, en todo caso podemos interpretar la imagen como un reflejo del pensamiento de su autor quien se ha valido de todos los recursos posibles para dejar  el mensaje claro para quienes los sepan interpretar, solo los maestros logran encriptarlo de tal modo que se necesitan años de estudio para llegar a sorprenderte con todas las historias que contiene una imagen, esa es la parte más complicada del oficio, valerse de todos los recursos para hacer pasar por absolutamente real una imagen que ha sido intervenida, de modo que el cliente se crea el cuento a pies juntillas y decida que la memoria impresa es mucho  mejor que la de su cerebro, transformando recuerdos, transmitiendo sensaciones y algunas veces fungiendo como testigos de algo que no debería permitirse jamás, de resto, si nos apegamos a la realidad absoluta no estamos haciendo una fotografía , estaríamos construyendo un catalogo cuya vigencia se acaba en el preciso instante que fenece la oferta.

Profesor José Ramón Briceño Diwan

03/09/2023 


 

martes, 25 de abril de 2023

Equipo para revelar negativos en casa

 

En el post anterior (Como hacer tus propios químicos de revelado ) hablaba de cómo podríamos hacer nuestros propios químicos para revelar negativos (Blanco y negro) en casa. Antes de continuar debo hacer un aparte para explicar que con respecto a la película hay dos procesos distintos que suelen confundirse con uno solo, cuando hablamos de revelar nos referimos a procesar el negativo, cuando el asunto es la foto final hablamos de copiar o ampliar, que es el proceso por el cual convertimos ese negativo en un positivo, si hablásemos de procedimientos digitales pudiésemos decir que copiar es un símil de imprimir, solo que en los procesos fotoquímicos en vez de tinta usamos luz.

 


 

Revelado

Como ya tenemos nuestros químicos listos y almacenados en sus botellas ámbar pero necesitamos saber que artículos necesito para procesar los negativos, en primer  lugar necesitamos un espacio estanco a la luz, aunque en las películas y series veamos que los laboratorios fotográficos tienen una luz roja, en realidad esa luz roja solo puede ser utilizada en el proceso de copia pues el papel no es sensible a esa luz, sin embargo la película es sensible a todo el espectro de luz por lo que el más mínimo resquicio de luz puede velarnos el material. Para solucionar el problema hay varias maneras, de entrada podríamos preparar una habitación y cerrarla totalmente, los materiales no son  costosos, además se necesita el sitio por muy poco tiempo, aunque hay otras opciones esta quizás sea la menos complicada.

Equipos necesarios

Para revelar un negativo necesitamos un tanque de revelado, estos son tanques estancos a la luz que permiten que los fluidos entren y salgan pero sin que la luz toque la película, estos tanques a su vez vienen con unos accesorios llamados “espirales”, pueden ser plásticos (los menos complicados de usar) o metálicos cuyo dominio es más complicado, en estos accesorios se carga la película que luego estará encerrada en el tanque, una vez cargada debidamente no hay problema con la luz, de hecho podemos hacer todo eso al aire libre, solo la carba de los tanques ha de hacerse en oscuridad total.

 

Tanques de revelado y espirales

Los tanques de revelado se utilizan para contener los productos químicos necesarios para el proceso de revelado de la película fotográfica. Estos tanques pueden ser de plástico o acero inoxidable y están disponibles en diferentes tamaños según las necesidades del usuario.

Las espirales son un componente importante del proceso de revelado de la película. Se utilizan para sostener la película mientras se sumerge en los productos químicos de revelado. Las espirales están disponibles en diferentes tamaños para adaptarse a diferentes formatos de película, como 35mm o medio formato.

Al elegir los tanques de revelado y las espirales, es importante considerar el tipo de película que se está utilizando y el tamaño de la película. Además de los tanques de revelado y las espirales, también hay otros equipos necesarios para el proceso de revelado de la película, como pinzas, termómetros y temporizadores. Es importante tener todo el equipo necesario antes de comenzar el proceso de revelado para evitar contratiempos.

 

¿Espirales plásticos o metálicos para revelar negativos?

Si te preguntas si es mejor utilizar espirales plásticos o metálicos para revelar negativos, aquí te dejamos algunos aspectos que podrían ayudarte a decidir:

Los espirales plásticos son generalmente más económicos que los metálicos.

Los espirales plásticos son menos propensos a corroerse y oxidarse que los metálicos.

Los espirales plásticos pueden ser más fáciles de abrir y cerrar que los metálicos, lo que es bastante útil , sobre todo mientras aprendemos el proceso pues en los plásticos hay menos posibilidades de que la película quede mal cargada y perdamos el trabajo, al menos mientras somos novatos.

Los espirales metálicos pueden ser más resistentes y duraderos que los plásticos, por lo que podrían ser una mejor opción si planeas utilizarlos con frecuencia o en un ambiente de trabajo donde se requiere un mayor nivel de resistencia.

En última instancia, la elección entre espirales plásticos o metálicos dependerá de tus necesidades y preferencias personales. Ambos tipos pueden funcionar bien para revelar negativos, así que lo más importante es elegir el tipo que te resulte más cómodo y fácil de usar.

 

El proceso

La fotografía es uno de los pocos oficios donde el único sentido que no usamos es el gusto, en el caso del revelado dependemos totalmente del tacto pues trabajamos siempre en ausencia total de luz, aunque esto pareciera un problema a primera mirada, no lo es tanto si somos organizados. Digamos que adaptamos el baño de nuestro apartamento (o casa) para tal labor, lo primero que hago luego de tapar todas las entradas de luz es organizar sobre una superficie y en orden todos los accesorios que necesito, siguiendo un orden colocamos la película , una tijera que nos va a servir para picar el negativo una vez montado en el espiral , los espirales , el tanque y por último la tapa del tanque, solo encenderemos la luz una vez que comprobemos tacto mediante que todo está cerrado y guardado de modo correcto, en ese instante encendemos la luz y comenzamos el proceso de revelado que explicaré en otro post.

Profesor  José Ramón Briceño Diwan

25/04/2023