Cuando ya uno cree que el siglo XXI arrasó con todo vestigio del siglo pasado te encuentras con fotógrafos que aseguran ser más talentosos porque no editan sus fotos, se hacen llamar puristas. Ven la edición como un pecado capital que resta brillo a su trabajo, sea cual fuere el tema que les guste fotografiar.
Consideraciones previas
Antes de comenzar mi argumento debo acotar que solo trabajando con película
de gran formato, un negativo tan grande que su reproducción bien puede
limitarse a copia por contacto, por
tanto ha de ser lo más cercano a la
perfección, en ese caso se debe ser un
maestro para trabajar con una placa 8 X 10 para exponerla de modo cercano a la
perfección pues la copia por contacto no permite muchos malabares en el
proceso, pero, stricto sensu* , ya con el proceso de revelado estamos alterando
la imagen, hay una multitud de factores que pueden alterar la “realidad” y el
profesional que ya sabe por experiencia donde las luces y las sombras le pueden
jugar una mala pasada apela a tras estrategias como diluir, enfriar, sub o
sobre revelar el negativo para lograr el resultado satisfactorio, si lo ponemos
en términos del siglo XXI el proceso químico bien podría ser una suerte de pre
Photoshop , no importa cuan maestro seas siempre vas a buscar la forma de
mejorar (desde tu opinión) el resultado final, podemos citar a Ansel Adams y
sus fotos de Yosemite, quien sabe cuantas variantes le dio al proceso de
revelar sus placas para lograr el magnifico resultado de sus copias por
contacto, tanto mejor las ampliaciones, la no intervención de la imagen es más
una pretensión que una realidad.
Realidad versus fotografía
Ahora pasemos a otros temas que nos pueden ser más cercanos, suponemos que
la no intervención de la imagen es un intento por generar una reproducción fiel
de lo que sus ojos miran, pero pierde de vista que hasta en automático hay una
máquina que toma las decisiones, si trabajas en analógico desde el mismo
instante en el que pulsas el disparador ya alteras la realidad, de modo más que
voluntario, decides ISO, marca de película, químicos de revelado, temperatura
del revelado, quizás hasta puedas decidir usar el rollo de película ISO 400
para ser expuesto como ISO 1600 para poder hacer fotos nocturnas sin tener que
recurrir al trípode , el resultado del “forzado químico” será también
determinado por la temperatura del producto seleccionado para el revelado (
fijado de la película), de su dilución y hasta del agitado del tanque,
destrozando la “realidad” pues ese proceso responderá a la intención
comunicativa (imaginada) por el fotógrafo. Cuando pasamos a la copia el asunto
se pone más álgido, rara vez todos los santos dicen amen y la copia final no
necesita malabar alguno para verse hermosa, pero el guion normal es analizar
las diferentes luces en el negativo y dar un tiempo específico a cada sector de
la imagen para resaltar texturas y formas que den el clavo con la intención
comunicativa del autor, me perdonan los nostálgicos pero las peores copias son
aquellas hechas en lote con una medida de luz (diafragmado de la óptica de su
ampliadora) y un tiempo de exposición estandarizado de los laboratorios de 12
horas de los años 80´s , todas grises a excepción del milagro cotidiano del
negativo perfecto.
Trabajando en digital
Digamos que trabajas en digital, la exposición, el encuadre, la óptica, la
obturación y hasta el ISO poseen atributos que el cerebro humano no tiene y es
un procesador tan inteligente que filtra lo que vemos eliminando de nuestro
campo de atención todo lo que le moleste, de hecho, nuestro cerebro filtra la
luz presentándonos un panorama que responde únicamente a nuestro marco de
percepción, logrando presentarnos una imagen siempre idealizada de lo que nos
rodea.
El Maestro Wilson Prada le decía a su alumnos que lo importante era el
indio , no la flecha, eso en otras palabras es que el bien más importante de un
fotógrafo está en su cerebro, esos se hacen a la medida, por tanto el fotógrafo
debe hacer lo que tenga que hacer con su foto para acercarla lo más posible a
su intención comunicativa y si ya desde el momento en el que tomas la decisión
de hacer una medida de luz, diafragmado, ISO , encuadrado, composición ya
intervienes la foto, entonces mejorarla debe ser el paso siguiente, el
fotógrafo muestra lo que ve, no lo que hay.
¿La realidad retratada?
No me voy a poner cuántico, pero es inevitable hablar de la diferencia que
hay entre lo que miras (como nuestro cerebro procesa la imagen para enviarla al
archivo cerebral) y otra posiblemente muy distinta lo que hay pues la realidad
es percibida por cada quien, de un modo distinto, lo que para uno es un hermoso
sol tropical del Oriente venezolano es la resolana incómoda de la turista
caraqueña que va quejándose del calor. La calle oscura de quien usa un Iphone
13 pro tal, es distinta del usuario del mismo aparato que termina editando la
noche caraqueña hasta hacerla parecer de neón en una noche de farra, quien
además integra a su imagen toda la estridencia de la situación, mientras el
primero se lamenta por no tener un trípode y poder detenerse lo suficiente para
una larga exposición , su vecino aprovecha las ventajas de no estar atado a más
realidad que la de su corazón, aunque ambos tienen el mismo sentimiento lo
digieren de diferente modo, quien no se atreve a editar en realidad no quiere
dejar ver lo que hay en su pensamiento, el otro quiere compartirlo.
Ese mismo ejemplo puede ser dicho de millones de situaciones, casi tantas
como humanos hay en el mundo, tengo la impresión de que quienes alegan no
editar su trabajo son seres cicateros con su mundo interior, seguramente
personas que interpretan el universo de modo natural, atados a unas leyes de la
realidad que no aplican a la fotografía, con la inteligencia amordazada tras la
coartada de un falso purismo imposible de acometer desde el proceso mismo de
gestación.
Quizás todo es una idea que tengo por un sesgo profesional (aparte de
fotógrafo soy profesor de Lengua y Literatura con estudios avanzados sobre
literatura latinoamericana) , es muy factible que sea victima por intoxicación
del realismo mágico de mi tierra que me hace pensar en la realidad como una convención, por tanto fracturarla debería
ser una obligación, tanto más en esta época de maravillas digitales que en
analógico ya me hubiesen valido otro divorcio de tanto estar encerrado en el
laboratorio para hacer la mitad de lo que logro con una simple aplicación
gratuita en mi iphone6.
Prof. José Ramón Briceño Diwan
06/01/2025
*Stricto sensu: Stricto sensu (o sensu stricto) es una expresión latina que
significa ‘en sentido estricto’ o ‘en sentido restringido
Fuente: Newsletter en Linkedin Notas fotográficas
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