Durante los muchos años que tengo en esto de la fotografía me he tropezado con muy pocos fotógrafos conscientes de que son escritores que usan imágenes en vez de palabras, ante la molestia de algunos hace rato decidí dejar esa conversación solo entre amigos muy cercanos, en un principio pensé que fuese parte de una suerte de sesgo profesional ya que pasé 8 años (entre el pre y el posgrado) redactando una media de 20 páginas por semana para las cientos de evaluaciones que presenté en su momento, luego de tanta teoría y práctica entre la crítica literaria, los ensayos y la lingüística mientras ejercía como profesor de fotografía en distintas instituciones, hacia vida fotográfica e integraba lo aprendido de la crítica sobre la estética de la literatura a mi visión personal, llegando a mi costumbre de querer saber que significa todo lo que me rodea e incluso cuestionármelo, esto último porque luego de tanto andar en Venezuela es difícil no saber si la realidad en verdad existe o si es el estrés que me hace sacar de proporción el asunto, una fórmula para llegar a estar en paz con el mundo.
Este eterno pensar en cómo asumir el significado de hacer fotografías,
todas las respuestas son válidas, puede ser desde un acto hedonista hasta un
ejercicio diario para ayudar a la memoria, pero además hay que ganarse la vida,
por tanto, todo el caos que puedes ver en cualquier parte hay que darle un
orden y sobre todo dotarlo de un lenguaje común que puedan entender todos los observadores
posibles, hay símbolos, acciones y situaciones que solo son lógicas en ciertos
marcos culturales , puede que un padre noruego pueda fotografiarse bebiendo
cerveza con su hijo de 14 años, en su marco cultural eso es de lo más normal, o
el muy elegante abogado inglés que se toma media pinta de cerveza negra con el
desayuno antes de ir a trabajar sin que sea un drama que fácil terminaría en
tribunales por ir a trabajar bajo la influencia del alcohol, esas acciones solo
responden a su cultura y tienen tantos años haciéndolo que debe ser el
equivalente a celebrar la pesca de la primera gran presa un día cualquiera, de
esos que celebran padres e hijos hasta el fin de sus vidas.
Ganarse la vida
La mejor forma de explorar un género fotográfico es pensar en un ensayo que
termine en un portafolio donde un máximo 25 fotos puedas contar una historia
coherente, esto obliga en principio en estar claro en cuál es la intención
comunicativa del ensayo y la parte más complicada, integrar la mayor cantidad
de elementos de la historia en cada imagen que estás trabajando, en lingüística
se le llama economía del lenguaje, en este caso hay que pensar en algo así como
la economía de la imagen, para ello hay muchos recursos que van desde la
disposición de las luces, el enfoque selectivo, todas las fotos deberían poder
tener al menos dos sub planos para ser considerada como parte del portafolio.
Esto significa que el sujeto/objeto/situación principal debe ir acompañada de
un entorno que pueda otorgar más significado a la imagen, los maestros dejan
muchas más opero no nos exijamos tanto, que con dos vamos bien, el proceso de
organizar un ensayo no es tan distinto al de un trabajo especial de grado (tesis)
de cualquier universidad, planteamos un objetivo general (que es lo que quiero
saber) y al menos cuatro objetivos específicos (en cuantos pasos voy a lograr
el resultado deseado) , un marco teórico (todo nuestro conocimiento sobre el
tema desde la óptica de la academia) , un marco metodológico (como voy a lograr
acercarme a la escena/situación/paisaje o personaje en el mejor instante y
aprovechando al máximo la luz según las características del equipo o película a
utilizar) , análisis de los resultados (curaduría del trabajo), una discusión
del resultado (la selección final que demostrará si el ensayo está
correctamente narrado en fotografías ) y por ultimo las conclusiones que
estarán constituidas por el trabajo completo, al igual que las tesis su
conclusión puede tardar dos días o cinco años, dependiendo del grado de
claridad y del nivel de exigencia del fotógrafo. Si piensas ganarte la vida
como fotógrafo, si te planteas cada encargo como un ensayo donde lo importante
es tener clara la intención comunicativa llegando con los años a lograr ser más
asertivo en cada fotografía, aunque mucho de eso explica más sobre el fotógrafo
que sobre su obra, también implica que ofreces una respuesta a cada uno de
quienes admiren tu trabajo, incluyendo publicaciones de cualquier tipo y forma,
asumir la obra con la mayor parte de los puntos claros, permite que aun la
fotografía siga empeñada en ser arte a pesar de la guerra de las redes
sociales.
La fotografía como acto de
interpretación
Susan Sontag, en On Photography, argumenta que “la fotografía es un acto de
interpretación, no solo de representación”. De esta manera, el ensayo
fotográfico se convierte en un espacio donde la subjetividad del fotógrafo se
manifiesta, permitiendo una interacción más profunda entre el observador y la
imagen.
Vamos a ver algunas precisiones teóricas sobre el ensayo como genero
fotográfico, este, por lo general se percibe como parte del género de la
fotografía documental, sin embargo, a pesar de funcionar su estructura para
organizar un trabajo documental, strictu sensu no puede ser documental pues
para el ensayo la única voz importante es la mirada del fotógrafo, lo
documental intenta apegarse a la realidad, pero el ensayo no tiene esa
obligación sin embargo su estructura lo permite.
Los ensayos fotográficos pueden clasificarse en varios modos, dependiendo
de la intención del fotógrafo y la naturaleza del proyecto. Entre los modos más
destacados se encuentran:
Ensayo Fotográfico
Documental: Este modo
busca captar la realidad de manera directa, a menudo centrado en temas sociales
o culturales. Ejemplo de esto es el trabajo de Dorothea Lange, quien en su
serie sobre la Gran Depresión, afirmaba: “La fotografía tiene la capacidad de
abrir los ojos de la humanidad ante la injusticia”.
Ensayo Fotográfico
Narrativo: Este enfoque
utiliza la secuenciación de imágenes para contar una historia. Los fotógrafos
pueden emplear una estructura narrativa que combina imágenes y texto, como lo
hizo Chris Marker en La Jetée, donde la fotografía se convierte en un medio
para explorar el tiempo y la memoria.
Ensayo Fotográfico
Conceptual: Este modo se
centra en la idea por encima de la representación literal, empleando la
fotografía como un medio para explorar conceptos abstractos. El trabajo de
Cindy Sherman, quien utiliza la fotografía para cuestionar la identidad y el
rol de la mujer en la sociedad, es un claro ejemplo de este enfoque. Como ella
misma ha señalado, “la fotografía puede ser una forma de autoexploración, un
medio para poner en cuestión las verdades asumidas”.
Ensayo Fotográfico Reflexivo: En este modo, el fotógrafo no solo
documenta el mundo exterior, sino que también reflexiona sobre su propio
proceso creativo. La obra de Gregory Crewdson, que recrea escenas elaboradas y
cinematográficas, invita al espectador a contemplar no solo el contenido de la
imagen, sino también el contexto de su creación. Crewdson ha afirmado que “la
fotografía es un medio para explorar la complejidad de la experiencia humana”.
El objetivo principal de un ensayo (sea cual fuere) es intentar encontrar
el significado de cualquier duda, compartir la felicidad, la indignación, la
angustia, el horror y todas las emociones posibles en su trabajo, igualmente
buscar lograr hacer un limitado número de fotos para contar la historia
completa, así trate de una operación a corazón abierto hasta la final de la
liga infantil donde juegan tus sobrinos, he ahí la razón por la que existe el
ensayo, personalmente me gusta pensar que hago un ensayo cada vez que me
propongo algo. Por ahí dicen que los fotógrafos nunca jamás hacemos malas
fotos, la verdad es que todo el mundo hace malas fotos, el asunto está en solo
mostrar las buenas, plantearse un ensayo, planificarlo, tener un fin, descifrar
el significado de lo que quiero decir, puede ser nada (aparentemente)
trascendente, el viaje en Metro desde Palo Verde hasta el Hipódromo debe ser un
espectáculo, si te planteas un trabajo de las diez cosas que más te disgustan o
te gustan de ese maratónico viaje cada mañana y cada tarde, solo haces dos
fotos en cada viaje, al año tendrás quinientas fotos buenas de las cuales
puedes hacer una reducción drástica a 20 imágenes, ya tienes en inicio un
trabajo sólido candidato a ser portafolio, con buena suerte en alguna galería
física , si su caso es solo ganarse la vida haciendo fotografía deportiva, es
el mismo procedimiento, solo debe saber que quiere contar y que es lo que
necesita su cliente o su alma.
Si les ponen el ojo a los maestros del siglo XX, solo contando a los que
cubrieron la segunda guerra en cualquiera de los frentes nos encontraremos ante
unos ensayos, no reportes de la realidad, todo el horror, mostrado con sentido
estético, nada de eso puede ser accidental, todo apunta a que cada foto era un
recordatorio del horror filtrado a través de su mirada y compuesto según su
elegancia, nada amarillista, queriendo siempre contar la historia de modo
absolutamente estético, lo que implica una intención comunicativa reflexiva e
inevitablemente, toda la historia que uno, como espectador debe armar al
encontrarse con tales portentos de imagen, siempre serán un ensayo, el asunto
en este caso es hacer que todas las interpretaciones de la obra sean entendidas
por los espectadores para que su interpretación sea cercana a la intención
comunicativa del fotógrafo.
Antes de cerrar les recuerdo que estoy organizando un curso de fotografía
en línea llamado Mirar la Ciudad desde
el Teléfono Móvil cuyo fin no solo es manejar el móvil como cámara
principal, es aprender a interpretar el entorno desde nuestra óptica particular
, si necesitas información en este enlace https://forms.gle/38RVVKVxhD6bKxcT9
Prof. José Ramón Briceño Diwan
Noviembre del 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario