lunes, 28 de octubre de 2024

La fotografía es un viaje

 

Imagino que pertenezco a la generación de los cientos de miles de niños que pedíamos cámaras fotográficas por navidad, ahora siento que he perdido miserablemente el tiempo no habiendo exigido comenzar a transitar el mundo de la fotografía desde al menos los 15 años, seguramente hubiese aprendido en el laboratorio a que estudiar no tenía que ser ningún drama, me hubiese ahorrado mucho disgusto en aquellos años donde andaba perdido en las calles de mi ciudad buscando aprender un oficio que me gustase, odié tanto el bachillerato que no se me ocurría ni soñar con que aprender algo que realmente te gusta no era el mismo drama del aburrido colegio secundario que me tocó vivir, vaya que intenté cosas, desde administración hasta marino mercante, costanero pero al final era un oficio teóricamente válido para ganarse la vida en la brevedad, asunto falso , ahora sé que eso lo pasé como una cura de burro para sacarme de encima la capacidad familiar por decidir por mí, el cuento es que no fue hasta que llegué a la Escuela de Artes Visuales , a los 22 años, no había sido tan maravillosamente sorprendido de que si  se podía estudiar algo que te interesaba en profundidad, toda la investigación no es más que un paseo por el conocimiento, pues ya los trabajos asignados, el descubrir “nuevas”  técnicas , la ampliadora, los papeles, filtros, químicos, temperaturas de color, óptica y hasta física por aquello del conocimiento de la luz para poder saber exactamente cuál es la forma correcta de hacer una foto con flash, cosas maravillosas que a muchos no les interesaban tan siquiera del proceso analógico.



Por fortuna todo eso fue armando una búsqueda de conocimiento para entender cómo resolver los dramas nacidos de la incertidumbre de no poder saber si ese disparo había salido bien, por tanto, comienzas a pensar en formas de dominar la técnica, una vez realizado viene el otro viaje en paralelo y un día descubres que comienzas a dejarte ver desnudo en las paredes de algunas galerías, comienza otro, pero de autodescubrimiento para poder dejar tu impronta en cada imagen, es un asunto de otra naturaleza pues empiezas a transformar la fotografía/registro de la realidad a ser una fotografía/registro/diario, el mundo es variado, cambiante, en el caso de mi país pleno de contrastes donde caben cien significados distintos. Por supuesto, siento la necesidad de contar que gracias a las inquietudes dadas por la necesidad de conocer decido estudiar lengua y Literatura, aprender los límites de la prosa poética he descubierto que además hay que recurrir a la poesía para poder decir casi todo lo que tengo atragantado entre el pecho y el alma, sin caer en el pecado de soberbia que ha terminado con muchos otros fotógrafos, la censura no cabe en la poesía y por lo general, en este universo de reguetón, trap y demás barbaridades. la musa es algo que escapa a la mente de las mayorías.




La mirada intima

La fotografía es una forma de comunicar, que eso va desde hacer noticia hasta ensayo, pasando además por la ironía y el sarcasmo , el problema es en todo caso dar el toque personal por lo tanto la única cosa que te permite saber que al menos haces bien el intento de alcanzar la originalidad cuando sabes que cada imagen debe contar una historia, un sentimiento, solo con imaginar cuantas historias distintas pululan en los 38 pasajeros del autobús donde voy a casa, cada quien con su drama , quien sabe cuántos otros náufragos viajan hasta su casa peleando con las mil limitaciones de tener que usar transporte público  y esos son  afortunados, los demás viajan en metro. A cuantas realidades pertenece cada vida que hay, por otra parte, cuantos piensan como yo, quienes no, quienes están desquiciados, los psicópatas, los creídos, los policías, los amigos cuya estampa los delata como parte del sub lumpen donde moran los atracadores de toda calaña, los genios son una extrañeza, por tanto, lo único que te hace diferente es ser tú mismo.



La búsqueda de la originalidad

Nadie más ha vivido exactamente como tú, lo más cercano a lo “original” que tengo es la combinación de mis nombres y apellidos completos, no hay ningún otro Hindú, Pakistaní ni iraní que ostente el muy criollo nombre que me cargo, debido a eso mis documentos que quiero existan para Google van firmados con todos mis nombres y apellidos quien además tiene un nombre totalmente criollo ¿cuantos José Briceño habrán en Hispanoamérica?, millones según Google pero con apellido andino e iraquí (o hindi, la vedad no estoy muy claro) mi nombre es una singularidad de la que intento aprovecharme, aparte de eso  cada quien vive su cuota de realidad dada por sus propias circunstancias.

Ganarse la vida de modo divertido

Lograr pasar a la imagen parte de esa impronta personal pasa por muchas etapas que van desde la técnica, el género con el que te ganes la vida hasta que entiendes que por fin la realidad es lo que menos importa, las únicas cosas que retratan la realidad tal cual son las cámaras de seguridad, de resto entre ópticas, revelados, equilibrio de colores, encuadres, manejo de la luz y hasta el aprovechamiento del sentido de oportunidad hasta para ser sarcástico de modo tan sutil que solo los entendidos se enteren, los demás son felices con el asunto estético, al final uno es responsable de la imagen, no de la interpretación y el arte está precisamente en esconder a plena vista la “verdad” escondida en una fotografía, pero además sumándole quien eres, cuál es tu opinión, el momento anímico, el amor, el odio y la sorpresa, la suma de todos esos elementos hace de tu foto algo realmente original. Sin embargo, también puede ser ejecutada a la perfección en un estudio iluminando con luz led respetando el canon de los mil millones de imágenes idénticas y podrías ganarte la vida con ello sin que sea un drama.

Si el viaje hubiese empezado antes

Si de niño mi papá no me hubiese regalado al menos cinco navidades consecutivas caras compactas que venían en un paquete junto con tres rollos de color ISO100 de 36 exposiciones (Fuji, Kodak o Agfa)  y otros tantos paquetes de magicube por si quería hacer fotos de noche, siempre me maravillaba poder congelar la vida en un segundo, veinte años más tarde en un laboratorio me descubrí siendo feliz, pasaron muchos años, no sé cuántas cámaras, cursos, fiestas, inauguraciones, ríos de vino, especies alcohólicas en interminables reuniones entre maestros e iniciados para caer en cuenta de todo eso y que hasta la fiesta que tanto había satanizado mi abuela , también son espacios de aprendizaje tan válido como el de las aulas, solo debes cuidar con quien te juntas.



Total, ahora ando con mi cámara en el bolsillo dejándome sorprender por la ciudad y las posibilidades comunicativas de tratar de entender el viaje de la vida congelando imágenes cuya realidad depende solo de mi cerebro, más allá de los millones de pequeñas y grandes tragedias del país y del mundo, mis fotos van por un mundo en el que sueño despierto mientras intento estar atento. Lo mejor es que en el viaje todo lo aprendido se extrapola hasta lo digital llegando incluso a colar en un salón nacional de arte una foto hecha con mi humilde (y difunto) Iphone XS, quien sabe que hubiese pasado si a los 12 en vez de un rifle de aire (Diana calibre 5.5) mi papá me hubiere regalado una Pentax K1000, cuanto drama innecesario me hubiese ahorrado y cuantas millas me hubiese ganado en este viaje de la fotografía.



Prof. José Ramón Briceño

28/10/2024

 

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