Existen tres tipos de fotografías, las buenas, las malas y las anecdóticas, más allá de cualquier definición técnica más que obvia (encuadre, iluminación, exposición o enfoque) la diferencia más marcada está en la ausencia o no de intención comunicativa, puedes tener una imagen muy bien construida pero sin ninguna intención comunicativa por tanto estas ante una foto hermosa pero vacía de contenido, las buenas fotos rezuman intención comunicativa y además han superado todos los escollos técnicos, en el caso de las imágenes anecdóticas cualquier otra consideración sobra pues son fotos construidas para consumo interno y por tanto pertenecen al ámbito privado así que refieren a una categoría de análisis tan personal que no aplica. Lo mejor de ser fotógrafos es que podemos siempre aparentar que solo hacemos buenas fotos porque las que consideramos malas nunca jamás las mostramos a nadie, eso se considera un pecado capital.
Como todo en esta vida hay que especializarse en algo y aunque hace rato no
encuentro quien me pague para realizar ningún proyecto interesante, me he
dedicado a motu proprio a registrar escenas de la ciudad y sus particularidades
valiéndome de mi teléfono móvil como cámara, aunque poseo una réflex con unas ópticas
funcionales, el ruido visual de la presencia de un fotógrafo interrumpe la
calma de las calles, sobre todo porque me defino como fotógrafo documentalista,
una arista del oficio que me va de perlas pues me permite robarle segundos a la
“realidad” bajo el manto de invisibilidad de mi teléfono, la única forma en la
que desempolvo mi cámara réflex es cuando salgo de viaje y eso es algo que con
los años se ha vuelto cada vez menos frecuente.
Sin embargo no es asunto simple eso de hacer fotografía documental, en
cualquier espacio donde nos encontremos pasan mil cosas al mismo tiempo, eso
sin contar con la idea preconcebida que podemos llevar antes de llegar al sitio
a cubrir, en mi caso como voy caminando atento al espacio de una ciudad que desconozco
pues por no haber nacido acá(Caracas) las diferencias culturales son bastante
marcadas entre mi ciudad natal y esta, razón por la cual toca primero averiguar
de qué va la idiosincrasia local para dejarme llevar por la sorpresa de ver cuán
diferentes son las cosas entre mi ciudad natal (Maracay) y esta donde los
códigos cambia notablemente según el
espacio por donde transites. Aun no sé si es por un sesgo profesional (soy
profesor de Castellano y Literatura de profesión) pro me gusta que mis fotos
contengan varias historias en cada uno de los cuadrantes, recordemos la regla
de los tercios, además tener en cuenta la iluminación , ya dejar que mi modo de
pensar sobre la ciudad o la realidad nacional se cuele en las imágenes es
asunto de otra discusión, pero antes de terminar me gustaría compartir en que
consiste la fotografía documental según mi propia idea nacida de los muchos
años dedicados al oficio.
Que es la fotografía
documental
Aunque el primer impulso seria definirla como una reproducción de la
realidad, según mi experiencia es una forma de contar historias complejas con
fotografías, citando a Henri Cartier-Bresson, un pionero en este ámbito
quien expresó: “La fotografía es, para mí, el reconocimiento en una fracción de
segundo de un acontecimiento que se encuentra en una relación con el todo”
(Cartier-Bresson, 1952). La verdad es que eso que conocemos como “realidad” no
existe ya que todos tenemos una mirada intoxicada por el cumulo de creencias,
vivencias, opiniones y hasta el momento anímico que estemos transitando, si le
sumamos la posibilidad de jugar con las ópticas, los encuadres y hasta el
revelado de la imagen esa “realidad” puede ser trastocada, el único modo de
poder apreciar la situación tal cual sucede es usando una cámara de vigilancia
tras la cual no exista ningún operador que busque más concepto que transmitir
lo que la cámara mira, en cambio cuando estamos tras el visor (o la pantalla
del teléfono) el asunto cambia a las limitadas posibilidades de un ser humano,
en todo caso lo más que podemos hacer si entendemos bien lo que está sucediendo
es seguir el ejemplo de Cartier-Bresson y esperar el momento justo en el que la
imagen resultante tenga todos los elementos necesarios para satisfacer nuestra
intención comunicativa.
Si el proyecto documental es algo más serio y tiene unos límites definidos
hay que cumplir algunas formalidades que paso a detallar;
Investigación Profunda: Antes de iniciar un proyecto, es vital
realizar una investigación exhaustiva sobre el tema que se desea abordar,
incluyendo mirar los trabajos de otros fotógrafos, la historia tras el fenómeno
que se piensa registrar, revisar bibliografía y hasta hacer investigación sobre
el significado de los símbolos utilizados en los rituales (si ese es el caso) o
sobre el proceso integro para poder encontrar espacios desde donde comenzar a
relatar la historia completa. Esto implica comprender no solo los hechos, sino
también las personas y comunidades involucradas. La investigación permite al
fotógrafo establecer una conexión más profunda con su sujeto, lo que es
esencial para capturar imágenes auténticas. Según la fotógrafa documental
Dorothea Lange, “Las fotografías no son sólo una manera de capturar un momento,
son un medio de explorar la vida misma” (Lange, 1939).
Desarrollo de una Propuesta
Clara: Un proyecto
documental sólido requiere una propuesta clara que defina el enfoque, los
objetivos y el mensaje que se desea transmitir, tal cual un proyecto de investigación
no puede existir un producto si no existe una pregunta de investigación y eso
es precisamente lo que se busca al hacer un proyecto documental, hay que tener
clara la búsqueda de modo tal de no perdernos en los detalles innecesarios y
concentrarnos en la evolución del relato visual. La claridad en el propósito es
lo que ayudará a guiar las decisiones sobre el tipo de imágenes a capturar y
las historias a contar. El fotógrafo y activista Sebastião Salgado afirmó: “La
fotografía es un acto de creación, pero también de responsabilidad” (Salgado,
1999). Esta responsabilidad implica ser consciente de cómo las imágenes pueden
impactar a las personas y comunidades retratadas.
Construcción de Relaciones: a pesar de que parezca ilógico, cuando
vamos al campo , de ser posible, hay que organizar estrategias para crear lazos
de confianza entre los sujetos y el fotógrafo, en primer lugar para que nos den
acceso completo a todos los espacios y en segundo lugar para asegurar que todo
el registro no solo es veraz, también es el resultado de la evolución natural,
sin poses ni sesgos que restarían al trabajo de la autenticidad necesaria para
darle la relevancia justa. La confianza juega un papel crucial; sin ella, la
calidad y la autenticidad de las imágenes pueden verse comprometidas. Los
fotógrafos deben ser empáticos y respetuosos, creando un ambiente donde los
sujetos se sientan cómodos y dispuestos a compartir sus historias. Esta
interacción no solo enriquecerá el proyecto, sino que también aportará una
dimensión humana que resonará con el público.
Adaptabilidad y Paciencia: La naturaleza del trabajo documental
implica un grado significativo de incertidumbre. Los planes pueden cambiar, y
las situaciones pueden evolucionar de maneras inesperadas. Un fotógrafo exitoso
debe ser adaptable y paciente, dispuesto a esperar el momento adecuado para
capturar la imagen perfecta, la flexibilidad es esencial en este viaje, ya que
cada experiencia puede ofrecer nuevas perspectivas y oportunidades creativas,
es un tipde tabajo donde debemos estar claros en que no tenemos el control, lo único
que puede ayudarnos a tener algo de control es la documentación previa
necesaria que hemos hecho al plantearnos el trabajo, eso nos permite “saber”
donde ubicarnos para encontrar el espacio idóneo para que nuestra búsqueda sea
todo lo exitosa que planeamos.
Ética y Responsabilidad: La ética es un componente esencial en la
fotografía documental, es vital considerar las implicaciones de representar a
personas y comunidades, especialmente aquellas que pueden estar en situaciones
vulnerables. La forma en que se eligen los sujetos y las narrativas a contar
debe ser reflexiva y consciente, manteniendo la dignidad de los sujetos, lo que
también refuerza la credibilidad del fotógrafo, dejando la puerta abierta para
futuros trabajos en el mismo espacio.
La fotografía documental puede ser vista desde dos ópticas, una herramienta
para documentar situaciones, hechos o historias y la otra para reflejar desde
la visión personal de cada fotógrafo, según su marco referencial, un registro
para la posteridad con el cual llevar esas historias hasta otros ojos que de
otra manera nunca tendrían acceso a ello, en ambos casos es la manera en la que
muchos nos valemos para comunicar nuestra visión de este mundo caótico en el
que nos ha tocado vivir en este siglo XXI.
Querido lector, si te interesa el tema documental estoy planificando abrir
pronto un curso en línea con cupos limitados (solo 10 participantes) para hablar
sobre “Mirar la ciudad desde a fotografía móvil”, serán 4 sesiones de dos horas
cada una, donde exploraremos todas las posibilidades de la fotografía móvil
como herramienta para registrar la ciudad, desde la concepción del proyecto, el
revelado digital usando herramientas gratuitas que se ofrecen en internet hasta
la creación del portafolio digital, para mayor información pueden pedir el
programa y los detalles al email plurifotos@gmail.com
Profesor José Ramón Briceño Diwan
22/10/2024
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