martes, 26 de julio de 2022

El olvido o la efímera memoria digital

 



Hace unos días estaba reuniendo el material desperdigado para conformar mi resumen curricular, cuando uno busca empleo luego de los cincuenta años debe al menos  intentar impresionar a los teóricos empleadores, por supuesto el recurso primario es hacer una búsqueda extensiva vía internet para recopilar la información más importante, artículos de prensa, exposiciones en el extranjero, fotos aparecidas en publicaciones transcendentales y hasta uno que otro reconocimiento como artista, mi sorpresa fue que la mayoría de estos contenidos, que en algunos casos tenían una media de diez años de publicación, han desaparecido por completo, las páginas que los contenían o bien fueron retiradas de la red o fueron esos contenidos que por cuestiones de espacio de almacenamiento han sido (espero) recopilados en algún deposito digital, el asunto es que hay información que consideraba importante desaparecida y lo más seguro es que olvidada por irrelevante. 

Esto me hecho reflexionar bastante con respecto a la memoria, total, somos lo que mostramos y si no hay nada como respaldar lo asegurado, entonces tampoco existe, si yo, un profesor cualquiera de un país perdido en el tercer mundo desaparezco de la memoria digital, no sería extraño saber que muchos más importantes también han sido borrados de la memoria digital global.

El caso de la fotografía , estamos ante un caso donde la sobre abundancia de imágenes nos hace pensar en que eso de la memoria es una preocupación innecesaria, para eso hay decenas de formas para difundir el trabajo sin gastar un céntimo, donde cada día alguien en otra parte del mundo le da like a una fotografía y por tanto es más efectivo que una galería donde aún en el caso más espectacular , son apenas unos miles los que pueden tener acceso a ver tu pieza, más allá del prestigio que pueda darte tener una sala en alguna galería de Soho , es innegable que con la estrategia adecuada de marketing digital  tu trabajo puede ser visto por millones, sin moverte de casa y con una modesta inversión, ahora el problema está en que una vez concluido el proceso , encontrada (y perdida) la fama, en corto tiempo pasará a formar parte de los millones de olvidados que han sido sustituidos por los nuevos.


 

Todo esto me hace pensar en la fatuidad de la historia, aunque siempre han existido  millones de olvidados, muchos de estos también están al alcance de la mano con un proceso de investigación medianamente dedicado es factible que el trabajo pueda estar en alguna publicación física desde donde los investigadores puedan dar cuenta de él, mientras todo esté en un formato digital las probabilidades de ser parte del olvido son casi totales. A pesar de que hablo de la fotografía, esto es aplicable a cualquier otra rama del conocimiento, con la salvedad de que al menos las tesis de grado, pos grado y doctorado están a buen resguardo en alguna biblioteca , pero aun así en muchos casos están olvidadas hasta que las polillas se alimenten para desaparecer del todo, sin embargo es un riesgo menos alarmante que el de las millones de imágenes, paper, artículos y demás productos intelectuales desapareciendo a cada segundo gracias a la fragilidad de lo digital.

¿La solución?

Volver paulatinamente a la imprenta, el material fotosensible, los fotolibros o cualquier otra forma de publicación que permita a la obra engrosar las bibliotecas, en el caso de los fotógrafos quizás retomar el archivo físico ahora que los scanner de negativos son tan baratos, permitiendo así mantener un archivo físico con unos procesos de revelado digital que permiten participar de las opciones baratas del internet, pero en todo caso es distanciarse un poco de la forzada necesidad de depender de instrumentos de archivo tan poco fiables como los ofrecidos por los distintos recursos digitales, esos que dependen de la energía eléctrica para existir, donde cualquier evento catastrófico mata lo que sea contengan estos archivos, eso puede ser desde una guerra hasta un cortocircuito en la red eléctrica domestica que queme computador  discos duro externo, una falla del teléfono o la muerte de los dueños, sin hablar de la ausencia de pagos para los servidores y vaya usted a saber cuántas posibilidades hay de perder el trabajo en un segundo, sin aviso  protesto ni modo de recuperación, lo que hoy nos parece muy importante, eso que distribuimos por Facebook, Twitter, Instagram, Twitch, Linkedin, lo que guardamos en la nube y hasta lo publicado en páginas web es sensible de desaparecer , con ello se nos va la historia, los triunfos, el aporte , la desaparición es una certeza, aunque siempre está en el tapete  con lo digital nunca fuimos más efímeros.

En mi caso no creo que sea determinante la supervivencia del trabajo, pero veo con horror como muchos inmerecidamente desaparecen de la historia gracias a lo efímero de la memoria digital.

Prof. José Ramón Briceño

26/07/2022

 


 

 

1 comentario:

  1. Excelente José. Gracias por compartir tu opinión sobre los cambios en el mundo en general y en la fotografía. Este blog es una manera de trascender y no quedar en el olvido así como el trabajo que realizamos.

    Saludos Cordiales.
    Diego Henríquez

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