Estos
tiempos que corren parecieran cada día más cercanos a negar la utilidad de los
oficios y profesiones humanistas, la cultura como la venimos concibiendo desde
hace unos cuantos siglos ha ido mutando hasta simplificarse tanto que hasta
quienes manejan un lenguaje básico, esos que yo he dado en catalogar como
sabios de Wikipedia o lectores de contratapa son considerados eminencias en sus
respectivas áreas de “conocimiento” .
Muchas
veces me he encontrado en el camino a gente de otras profesiones que dice de
manera muy orgullosa que leen y al preguntarle por su autor favorito nombran algún
bestseller de moda o peor aún, se molestan cuando con argumentos se les hacen
citicas a sus lecturas pues (creo) se sienten desnudos en su ignorancia ya que
tengo la creencia que para sentirse experto en alguna materia toca en verdad
investigar bastante, apelar a todas las fuentes posibles, sopesar los argumentos
y hasta leer a quienes no comparten la misma opinión a fin de encontrar las grietas
en el pensamiento para poder enmendar la
plana si por casualidad estamos equivocados.
El
mundo es cada día más pequeño, las artes están interconectadas e ignorar eso
cancela cualquier pretensión de sabiduría pues demuestra en realidad todo lo
contrario. Antes de escribir este artículo revisé algunas fuentes en la red y me
tropecé con un escrito que destilaba parte de esa ignorancia de la que hablo,
el autor expresaba su cansancio por tanta imagen repetitiva que circula entre
las redes , imagino que hace referencia al trabajo de los fotoperiodistas y de
mucho profesional cuya misión parece ser la de hurgar en el lugar común para
asegurarse la supervivencia, asunto por demás lógico si pensamos con
detenimiento ya que la facilidad que dan los equipos digitales y los diferentes
softwares de tratamiento de imagen hacen que los procesos sean muy poco
complicados para cualquier mortal de ,os cientos de millones que hacen un curso
de fotografía para que luego de unos
meses ya se crean profesionales. Antes de seguir déjenme contarles un secreto,
si se invierten dinero en buenos equipos no se hace complicado caer en el lugar
común, al final sigue siendo fotografía, ahora la calidad u originalidad es
materia de una discusión muy diferente.
Volviendo
al tema creo que ese ¿para qué sirve la fotografía? Dependerá del nicho
comercial (o no) de quien ejerza el oficio, si es fotógrafo de eventos sociales
dirá que la foto sirve para hacer “eternos los momentos felices” aunque parece
cursi el enunciado parece estar ajustado a la realidad. Los que viven de hacer
fotografía publicitaria no necesitan más que alegar su necesidad de cobrar por
sus servicios donde cierto toca bastante bueno pero que por lo general lo hacen
bajo las directrices de un cliente asunto que de alguna manera mata la
creatividad y estimula la tecnosofía, los que realizan fotografía de modas
pueden alegar desde su amor por la estética hasta su interno deseo de reflejar
en sus modelos la idealización de lo que piensan es la moda para ellos, quienes
hacen foto carné pues la fotografía no es más que un asunto rutinario y hasta
aburrido para ganarse la vida pues no hay cosa más asesina para el intelecto
que el trabajo mecánico de hacer ese tipo de fotos que si bien no entran en la
definición de “fotógrafo” es un modo honrado de ganarse la vida , los
fotoperiodistas alegaran algo sobre su obligación de reproducir la realidad
para compartir noticia y los artistas su obligación de pervertir esa realidad
para amoldarla a sus preceptos estéticos.
Ahora
bien, seguimos igual, no hay una sola explicación de la razón de ser de la
fotografía pues tampoco este oficio tiene una sola acepción y las nuevas formas
para tratar la imagen también abren un gran abanico de opciones para justificar
el oficio. Para mí solo existen dos explicaciones validas al momento de
justificar esta preferencia por el oficio de la imagen, en primer lugar está el
de ganarme la vida y en segundo lugar aunque no menos importante es el de tener
un medio para contar a los demás como veo el mundo que me rodea, por supuesto
en ningún caso hablo de la realidad, eso no existe más que en mi cerebro, si acaso
puedo admitir que comparto la realidad
que percibo pero no hay obligación de que esa “verdad” coincida con la de otros,
si eso sucede ya es un avance.
Si
a usted querido lector le atrae el oficio , céntrese en ganarse la vida con él
pero nunca deje de pensar , estudiar, leer, ver buen cine, investigar lo que
hacen otros , un dato importante jamás se convierta en un sabio de Wikipedia que
de esos hay millones y lo que hace falta es que el intelecto capitalice otra
vez las artes y así volver a darle a la cultura el espacio que la contemporaneidad
le ha robado. Al final la fotografía es un reflejo de su pensamiento, sin
profundidad tampoco habrá obra por tanto su trabajo nunca será determinante, si
se esfuerza habrá valido la pena pues será recordado, de otra no creo que tanto
esfuerzo para nunca ser recordado tenga sentido.
José
Ramón Briceño, 2017
@plurifotos
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