Hay
quienes se lamentan por la masificación de la fotografía, conozco muchos a
quienes la nostalgia los tiene tomados por un ala y rememoran los procesos químicos
como la época dorada del oficio, hay países donde la economía permite a los
nostálgicos trabajar aun con película, papel y químicos, tener laboratorio
propio y deslumbrar a todos con explicaciones sobre la mecánica de la luz ,
aunque tengo que reconocer que tengo una profunda envidia con los que aún se
puedan dar esos lujos, también debo aceptar que hay otras expresiones
fotográficas que se acercan mucho a la perfección sin tanta alquimia , ópticas
costosas ni malabares de valor para mostrar su pensamiento, como alternativa
válida para compartir su visión del mundo.
Claro,
no todo es belleza, también hay mucha foto insustancial, excesiva cantidad de
álbumes familiares plenos de imágenes que solo interesan a los involucrados y
que terminan siendo solo ruido visual que opaca de alguna manera la valía de
las no tan pocas (afortunadamente) fotografías dignas de ser admiradas, hablo
de la fotografía móvil. Aún siguen existiendo equipos ultra sofisticados que
permiten hacer imágenes arrebatadoras con toda la gama de posibilidades que ofrece
al fotógrafo tener equipo réflex sin tener que preparar químicos, hacer tiras
de prueba, utilizar filtros ni apestar a laboratorio por horas, solo encender
el ordenador y utilizar el software de retoque de tu preferencia , obviamente
si te gastas miles de dólares en equipo lo menos que puedes ser es bueno en tu
trabajo, ahora, trabajar con el móvil sin tener gran equipo a cuestas, utilizar
los limitados recursos de procesar tus fotos con el aparato y aun así hacer una
imagen interesante es un desafío, porque entre otras cosas un equipo réflex
permite hasta sectorizar la medida de luz en un metro cuadrado de la escena en
cuestión de milisegundos, para que la composición tenga la luz base en perfecto
equilibrio o cuando menos no muy alejado
para obtener la atmosfera deseada, en la mayoría de los móviles este cálculo es
menos preciso y los tiempos de respuesta son impredecibles por lo que toca, en un momento dado, construir la técnica de toma en un asunto intuitivo, solo levantar el
teléfono y hacer la foto, no hay posibilidad de usar ningún recurso de los
muchos que usan los fotógrafos profesionales en su trabajo diario, esos que
hacen bracketing (ahorquillado según el manual de mi última Nikon) a nueve
cuadros por segundo para que la ruleta de las combinaciones diafragma/velocidad
de obturación sea más benévola cuando selecciones tu imagen final, las otras
fotos tampoco se borran no vaya a ser que más adelante encuentres inspiración
para encontrarles uso.
Hacer
fotos decentes con el móvil requiere un reconocimiento extra, aunque como regla
general los fotógrafos de móvil tienen un registro caótico de su trabajo pues
su trabajo termina en sus redes sociales sin más orden que el día o su ruta,
también es cierto que muchas de esas, sobre todo las que se asumen como fotos de
calle (StreetPhoto) contienen registros que se pueden designar como
documentales, aunque muestran cierta candidez por su tono, y en algunas
ocasiones forman parte de la deriva creativa de muchos(leer a los surrealistas
franceses de principios del siglo XX). No hay planificación, justificación y
quizás ni siquiera intención más allá de la estética, aunque sea solo un
fotografiante (Wilson Prada Dixit) que sin saber expresa una visión de las
calles más cercana a la sinceridad que si un documentalista armado de su cámara
de cinco mil dólares equipado con lente subsónico de óptica de cristal ultra
ligero, súper luminoso, los angulares, teleobjetivos y sensor de ISO 24 mil sin
ruido quien solo por lo atípico del equipo difícilmente pueda pasar
desapercibido,como si sucede con alguien que saque un móvil de cien dólares,
tan común como el farol de la calle por lo que tampoco llama la atención.
Esa
capacidad de no existir es lo que hace el StreetPhoto algo bastante particular,
retratar las múltiples realidades del mundo y poderlas ver como cosa normal,
cuando menos a mí me hace reconciliarme con el mundo, entre tanta fealdad
cotidiana o hermosura producida con aires de artificialidad nos tropezamos con
realidades sacadas de la cotidianidad, misma que por lo general nos mantiene
insensibles debido a considerarla tan común que no merece la pena. Históricamente
los fotógrafos pasamos por una suerte de engreimiento necesario debido a la
auténtica y muy loable defensa del oficio, eso se refleja en la capacidad real
de valorar a otros según el equipamiento
que utilice , por tanto es normal pensar que un fotógrafo tiene necesariamente
que utilizar la última generación de equipos que presenten la gama de
posibilidades más altas, perfectas y sobre todo costosas para poder
considerarse fotógrafos, sin caer en cuenta que el oficio de la imagen es
quizás el más amplio y democrático de los oficios pues tu fama será
directamente proporcional a tus capacidades, no se necesita ser licenciado,
doctor o ingeniero para ser fotógrafo , por otra parte si el asunto lo definimos
como el arte capaz de hacer el milagro de conectar al espectador mediante el
artificio de contar historias codificadas en una imagen, entonces califican
hasta los que hacen foto carnet, ahora si de lo que hablamos es de calidades
entonces ganarse el pertenecer al oficio es solo asunto de imágenes acertadas y
estéticamente compuestas , entonces no hay problema en reconocer a muchos
fotógrafos que usan el móvil como pertenecientes al gremio .
El
artificio no hace maestros, si acaso ilusionistas , la historia bien contada
con el matiz de tu preferencia, el documento histórico casualmente construido
de modo estéticamente justo con la situación, el paisaje apabullante, la mujer
hermosa, el pensamiento conceptual bien mostrado en cualquier soporte convierte
a muchos en maestros , aunque como toda democracia igual tienen que convivir
con millones de insulsas imágenes como consuelo para espectadores de limitada
imaginación (o sensibilidad ,que igual aplica)
necesitan de fotos preciosistas y anodinas como su propio intelecto.
Solo
quienes tienen opción pueden ser calificados de valientes, en el caso de los
fotógrafos , la valentía la obtienen cuando han escogido entre recurrir al
complicado y fácil uso de los equipos con toda clase de ayudas técnicas para
lograr comunicarse con el universo o rendirse ante la compleja simpleza de su
cotidianidad para mostrarla dentro de su visión distorsionada por el ánimo de
esconder las formas de la ciudad bajo el disfraz del segundo robado, esto es un
acto de valentía debido al incierto resultado de muchas tomas, el sol, el
movimiento del sujeto, el contraluz, la óptica, baja luz, equipo poco sensible
y cualquier otro de los limitados equipos móviles , en cuanto a enfoque y
medición de luz , con los que aún no hay escapatoria. Por supuesto no pretendo
negar la necesidad de equipo especializado para el óptimo desempeño para la
faceta del oficio que desarrolle pero si el asunto se queda en el anhelo (y
logro) de mostrar su personal visión del mundo desde la simpleza cotidianidad,
eso que es parte del ritual diario de revisar el aparato cada tres segundos a
ver con cual asunto se descompone o acomoda el día , hablar con propios y
extraños , junto con todos esos tics sociales que acusamos casi todos los
humanos por culpa del tedio inducido para olvidarnos de la realidad circundante
, que como elementos dinamizadores del anhelo de compartir su visión con los
mil tonos con los que las muy producidas publicaciones webs adornan sus sitios
digitales , es complicado no pensar que eso a su vez condicione a unos cuantos
a mirar por medio del móvil , inconscientes de que su acto (casi reflejo) es
una respuesta inmediata a lo que su móvil lo expone por lo que podríamos
deducir que el streetphoto puede ser reconocida como un espejo fiel de la realidad
intelectual del planeta entero, seguro en alguna parte ya los técnicos de Adobe
han desarrollado un software que interpreta el posible significado de las
imágenes utilizando IA para determinar por donde va el mundo, los hashtags de
los post ya fungen como indicadores de cuales fotos elegir para el estudio ,
solo hablamos de Instagram.
Aunque
siempre se puede estar equivocado, creo que los documentalistas (como yo) vamos
de salida a menos que nos dediquemos al análisis , clasificación y recopilación
teórica para dar marco a una interpretación más amplia del fenómeno fotográfico
de las redes sociales como una forma de ofrecer destalles históricos,
sociológicos, antropológicos y hasta arqueológicos de la historia global para
las futuras generaciones , la historia es lo importante , hasta las imágenes
simples , anodinas, como fiestas de cumpleaños, amores olvidados, abuelas,
abuelos, casas, carros, niños, actos escolares, teatros, elecciones hasta de
reina del carnaval del barrio forman parte de la variopinta similitud de todos
los seres humanos, por primera vez en la historia de la fotografía , podemos
ver imágenes no contaminadas de los vicios profesionales que determinan la
historia de maneras relativas en el mejor de los casos, sin embargo el
fotógrafo (o fotografiante según aplique) va retratando el camino , siendo el
resultado lo más sincero y fiel posible a su visión sin que interfieran
editores, curadores o críticos lo que evade de alguna manera el inevitable
proceso de selección al que todos los profesionales recurren antes de mostrar
su trabajo.
Las
escuelas de fotografía, las de antropología, filosofía, cine, arte, psicología,
sociología, psiquiatría y hasta de teología deberían comenzar a impulsar el
estudio y análisis de la fotografía móvil, en especial de la callejera, es una
deuda con la historia. Mientras ustedes leen esto y piensan yo seguiré
obligándome a mirar mi entorno para publicar en mi Instagram @jbdiwan.
José
Ramón Briceño Diwan, 2020
@plurifotos
(twitter)
a todo esto que planteas podemos sumarle los adelantos que se dan en un estética del pixel en la fotografía conceptual. Gracias por el uso del término fotografiante, este usuario es elayor contibuyente en el desarrollo de los fotolocalización de Google map así como de paseos virtuales a ciudades y carreteras
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