Los
tópicos de discusión entre los aficionados avanzados e iniciales en el oficio
de la fotografía son bastantes, luego de ver las encendidas discusiones que se
leen en distintas redes sociales donde al parecer el ego es más importante que
la sensatez, no puedo dejar de imaginar cómo hubiese sido si hace veinte años
hubiésemos tenido internet, en aquellos tiempos de películas, placas, revelados
y toda la parafernalia técnica que había que manejar en el laboratorio para
lograr la copia deseada, de verdad que sería bien interesante ver en estos
tiempos alguna discusión similar.
Sin
embargo a pesar de las múltiples facilidades con las que hoy cuenta todo aquel
que decida meterse en el camino de la imagen, siguen existiendo algunas
discusiones donde realmente puedo pensar que pesa más el ego que otra cosa. Hoy
voy a tratar un tema que a pesar de creerlo cerrado por lo insólito del
planteamiento, me veo impulsado a explicar desde mi óptica como entiendo el
asunto de la luz y de como se maneja para obtener una imagen deseada.
Fíjense
que no hablo de la imagen perfecta porque eso NO existe, simplemente existe lo
que el fotógrafo desea mostrar, de otra manera la fotografía no sería más que
una reproducción fiel de la realidad y eso es tan trillado que nadie quiere ver,
todos queremos ver una cosa diferente a lo que sea cotidiano, eso aplica tanto
a la fotografía de modas, de productos, lo documental y hasta en el paisaje, en
la crónica social no importa mucho el asunto de la originalidad pues a pesar de
que todos los eventos son más o menos lo mismo, los protagonistas difícilmente
repiten el rol y allí el recuerdo es lo que prima, no lo original.
Al
encarar una fotografía hay muchos detalles a los que atender, desde la
producción hasta la postproducción y siendo así, en algunos casos, el montaje
pues si hablamos de arte , todos los elementos deben dialogar para que el
mensaje llegue fuerte y claro a los espectadores, una imagen que necesite ser
explicada no sirve. Entre los detalles a tomar en cuenta está el de la iluminación,
una fotografía mal expuesta no es salvable de ninguna manera, ahí no hay
programa digital que ayude, si va mal está mal.
Cuando
hablamos de iluminación hacemos referencia a como está iluminado nuestro objeto
fotográfico, eso incluye por supuesto la iluminación natural. Para medir la
luz, nuestros equipos tienen un exposímetro que si bien da unas medidas
bastante exactas, también debe ser utilizado con ciertos criterios pues al
final la imagen resultante será lo que el fotógrafo decida y no lo que el equipo
disponga. Ciertamente hay una cantidad de programas automáticos que resuelven
en muchos casos la exposición , aunque
soy de los que utilizan su cámara digital como si de una réflex analógica se
tratase, no siempre desdeño los programas automáticos, hay ocasiones en que no
hay tiempo para medidas exactas y como vivo en el trópico la luz colabora
bastante en algunos casos.
Al
final todo se reduce a seleccionar la luz que necesitamos, hacer lo que antes
llamaban bracketing y ahora llaman “ahorquillado” para tener varias
exposiciones con distintas medidas y así escoger la que más se acerque a
nuestra mirada que por supuesto iremos puliendo en el revelado digital, quizás
como consejo les diría a mis lectores que eliminen de sus equipos los programas
de medidas matriciales y solo dejen la medida puntual pues así podrán
seleccionar de donde escogen la medida de luz al momento de fotografiar, así lo
que no quieren es andar jugando mucho con la combinación de obturación y
diafragmado pueden de igual forma seleccionar la luz, bloquear la medida con el
botón que por lo general tienen las réflex junto al visor y
reencuadrar a gusto la imagen, aunque para ser sincero siempre es mejor hacer
la medida de manera “correcta” (lo pongo entre comillas pues tengo la certeza
de que no existen maneras únicas de hacer nada en fotografía) .
Como
ejemplo puedo decir que siempre busco un punto medio en la escena, el tono que
esté justo mitad de camino entre la luz más fuerte y la más baja, así me
aseguro que entre uno y otro extremo no existan muchos diafragmas de
diferencia, si se puede hago mucho relleno con mi flash de mano y si por
casualidad solamente ando con mi cámara utilizo el flash integrado para hacer
aunque sea un relleno leve pues a veces esa pequeña luz hace la diferencia
entre una mala imagen y otra buena.
En
resumen no hay manera única de hacer nada, lo importante es la imagen
resultante por eso siempre haré énfasis en lo inútil de publicar la manera en
que se hizo la foto o de exigir una u otra forma, la única manera válida es
aprender a manejar la luz para hacer una excelente imagen, el método, los
equipos, hasta el procesado posterior es asunto del fotógrafo que no tiene la
obligación de confesar a nadie, aunque debo confesar que me parecen terribles
las fotografías hechas con el HDR pues le dan un halo de falsedad que va más
allá de lo que me parece aceptable pero en este caso el problema es solo mío y
así lo trato. En fin mis lectores, hagan fotografías, midan bien su luz y
recuerden que la imagen debe sorprenderlos primero a ustedes, pónganse la barra
de exigencia bastante alta para que puedan olvidarse de los detalles y
concentrarse en lo importante, la imagen.
Prof.
José Ramón Briceño, 2016
@plurifotos
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en esta imagen de ejemplo vemos como (izq) una fotografía hecha con relleno de flash y la otra solo con luz ambiental |
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Gracias por compartir la información. Esos son detalles que hacen mucha diferencia
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