En estos tiempos
de redes sociales y smartphones , las cámaras han ido cambiando para muchos, no
es que dejen de existir las réflex ni las compactas, es que ahora las cámaras
compactas se han vuelto asistentes de vida, con ellas llaman por teléfono, te
conectas a internet, monitoreas las redes sociales y hacen algunos hasta un
diario de vida interconectados digitalmente.
El asunto es que
ahora hay más imágenes que nunca, más no fotografías, ya no necesitas aquel
cumulo de conocimiento de cuando trabajábamos con película, ese calcular eterno
de exposición, de hacer os disparos pendiente de cómo iba a ser el revelado, en
cual químico se iba a procesar la película, el papel para la copia final y
encima de todo una cámara para cada tipo de película pues no solo hablamos de
un equipo condenado para un ISO especifico, también para película B/N, color o
diapositiva, ahora solamente toca gastarse un buen dinero y registrar la vida
sin mayores dramas.
En el caso de
quienes no conciben otra cosa que la foto digital, tampoco ahora se hace
necesario aprender el Ps, solo con el fulano instagram o los mismos programas
de retoque que traen los teléfonos pues se bastan para dar salida a sus fotos,
tanto así que algunos fabricantes míticos como Kodak se salieron del negocio y
otros pues se han sumado con equipos cada día menos costosos y más versátiles a
ver si le pueden dar el pulso a los smartphones y sus adminículos fotográficos.
Todo está bien,
realmente no hay gran problema excepto que los fotógrafos se están
extinguiendo, ya hasta periódicos hay que despidieron a sus fotógrafos y le
dieron Iphones a sus periodistas para que resolviesen eso de hacer las fotos de
los entrevistados e imagino que pautas menores, en las ultimas olimpiadas hubo
agencias que hicieron la cobertura con los mismos aparatos, ya de paso hasta un
fabricante de teléfonos ha sacado al mercado un monstruo de 40 megapixeles e
imagino que millones de funciones, total los fotógrafos que daremos relegados
al espacio de bodas o cosas bastante específicas, de esas que nadie más quiere
o se puede necesitar de un equipo muy especializado para lograr el cometido, de
resto pues en extinción más allá del ejercicio visual a motu proprio pero
complicado de vender.
Seguramente alguno
me leerá y me dirá que soy un exagerado, que lo mismo dijimos cuando salió la
fotografía digital o aquellas cámaras autofoco de película con unos
automatismos que heredaron casi todas las réflex digitales, sin embargo todo el
fenómeno anterior ha llevado a una suerte de banalización de la imagen, lo que
a su vez conlleva a la depreciación misma del servicio.
Me explico, a
muchos freelancer les ha pasado que los llaman para una boda por ejemplo y el
precio se discute muchísimo, en mi caso de cada seis bodas terminan contratándome
para una pues no falta quien apoyado en dos cámaras de 400 dólares o menos, de
esas que hacen video cobran la mitad y ofrecen el doble de cosas por el mismo
servicio, acá alguno opinará que toca bajarse los pantalones por el asunto de
la supervivencia, pero en muchos casos el servicio que dan los que lo hacen
barato no es ni cercano al que uno ofrece, ese que va desde el retoque para
todas las fotos hasta la celeridad en la entrega cuidando todos los detalles
posibles.
Hay otros casos
donde he visto ya que entre los amigos hacen la cobertura a punta de Iphone,
Nokia o un primo de alguien regala las fotos pues se compró una réflex muy
barata y que hizo un curso en la escuela de la esquina, total, otra vez menos
trabajo y de paso depreciado pues ante todo eso ya difícilmente los ciudadanos
de a pie consideran la fotografía una cosa seria, asumen que si tanta gente
hace cosas “tan buenas” por que pagar por algo que a su entender es la misma
cosa.
No me mal interpreten
no es un discurso de odio ante las nuevas tecnologías, ni siquiera es una crítica
para los que usan sus teléfonos de más de mil dólares como cámara de vídeo, fotográfica
y hasta máquina de escribir, una suerte de “all in one” de estos tiempos, pero
vale la reflexión para el futuro de la fotografía y sus avatares , sobre todo
los de aquellos que pretendemos o pretendimos vivir de ella, ya veremos cómo
termina todo, yo por lo pronto seguiré haciendo fotos, huyéndole a la prensa y
soñando con exponer y vender mi trabajo en alguna galería que de paso me
patrocine,a veces los sueños se hacen realidad, si no pues no incomodan en mi
disco duro.
José Ramón Briceño, 2013
@ plurifotos
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