Del documento a la imagen
En estos tiempos donde la fotografía digital es casi
que omnipresente pues desde los teléfonos hasta los juegos portátiles de video
tienen cámaras, además de los cientos de espacios llamados redes sociales mueven
millones de fotografías a diario, muchos de las nuevas generaciones asumen esta
como la única fotografía posible, la digital. Con esta aceptación de los
pixeles viene incluida una aceptación de las posibilidades de alteración de las imágenes, creando una matriz
de opinión bastante reaccionaria en contra de los programas de retoque digital pues
todavía en el inconsciente colectivo flota la idea de la fotografía como un
documento gráfico y que su retoque le resta valor como tal.
Esta discusión sobre el valor documental de la
imagen tiene muchos años en discusión (antes de imaginar tan siquiera la
posibilidad de lo digital), y de esa visión tiene culpa la prensa y en otros
casos la costumbre de realizar fotos para registrar cada momento importante de
nuestras vidas (bautizos, matrimonios, graduaciones, nacimientos, viajes,
etc,etc…), lo que creó una matriz de opinión al respecto, tanto que muchas
veces durante mi infancia y adolescencia oía que si no había foto el hecho era
de dudosa veracidad (la prensa otra vez). En fin tanto es así que en mis clases
y solo por incordiar a mis alumnos al respecto les hago esa pregunta sobre la
veracidad comprobada con fotos , solo para responder a mis alumnos con que si
hemos visto una foto de Superman y la especie de la verdad ilustrada es cierta
pues el superhéroe existe, cosa falsa por supuesto, pero válida al ilustrar el
punto.
A principios del
pasado siglo XX ya se había perfeccionado el proceso de laboratorio químico,
los primeros en sacarle partido de manera política fueron los soviéticos,
quienes a fuerza de paciencia lograban transformar sus fotos de propaganda
según los dicterios de la política, bien sea para hacer propaganda o para hacer
desaparecer hasta de las fotos de archivo a los personajes incomodos para el régimen,
lo otros y que comenzaron con la intervención pero por motivos artísticos muy
plausibles por cierto fueron los Surrealistas de la Francia de la posguerra,
quienes encauzaron todo un caudal imaginativo para construir mundos, personajes
e ideas en imágenes que hoy día con toda la tecnología (a mi juicio) son
irrepetibles, por ultimo la industria de Hollywood desde los años 20 ya
retocaba digitalmente las fotos de sus artistas para construir desde los medios
esa imagen etérea tanpropia del halo casi mágico que los rodea, es decir,
gente sin arrugas , sin defectos visibles, hermosos todos, pues así se
apalancaba la industria de los sueños.
Una vez que vemos desde cuando se retoca la imagen
pasan dos cosas, la primera es una profunda desconfianza y la otra, nos vemos
obligados a dividir lo mirado en imágenes y fotos, es decir, las primeras son
aquellas intervenidas por el método y con el fin que sea, la segunda pues es el
documento que intenta ser verídico sin intervenciones que permitan darle otra
interpretación más allá del valor documental.
A propósito de manipulación y ya para cerrar este
post, déjenme comentarles que siempre han sido manipuladas las fotografías ,
por lo menos todas las generadas por los fotógrafos que tenían la oportunidad
de hacer sus propias copias sin depender de laboratorios comerciales donde por
lo general se hacían copias mediocres por aquello de que la reproducción de
negativos es una cosa particular, es decir, cada negativo tiene condiciones
espaciales y su tratamiento de manera estandarizada nunca da muy buenos
resultados. Esto de la manipulación hecha por los fotógrafos respondía (o
responde según el caso) a mejoras que hacen más interesante la foto, como
resaltar el cielo, el suelo, iluminar zonas especificas de la imagen para
resaltar algún detalle y otras tantas particularidades de cada toma con lo que ahora,
en esta era digital de cámaras de millones de pixeles al alcance de la mano y
la posibilidad de cambiar el iso entre una y otra foto consideramos como una
limitación técnica de la época predigital. Sin embargo ahora con los millones
de programas para aficionados y el Photoshop se ha posibilitado la masificación
del retoque digital y mejoramiento de las imágenes, amén de lograr imitar a los
surrealistas sin tanto tiempo de dedicación, poniendo al alcance de cualquiera
la posibilidad de lograr imágenes de calidad profesional sin tener que saber
mucho, solo hace falta un poco de paciencia y una cámara de resolución media
para lograr imágenes muy buenas, el único problema es que ahora uno no sabe si
la foto es producto de la constancia y el análisis, o simplemente es el
resultado de cualquiera de los programas automáticos existentes, Instagram por
ejemplo.
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