Blanco y negro o color
Existen muchas teorías sobre la utilización de uno u
otro medio de expresión, aun se venden películas blanco y negro (muy costosas
por acá por cierto), aunque las cámaras analógicas no sean muy populares ya se
coló una modalidad llamada lomografía , de la cual no puedo dar ninguna opinión
más allá de los comentarios recogidos al vuelo.
He oído a muchos decir que la fotografía monocromática
es más “artística” que la de color, bueno, es mi idea que ese concepto está
errado, pues la imagen puede ser artística solo si reúne unos parámetros difíciles
de definir pero que de alguna manera todos sabemos cual es, algo así como la poesía,
nadie sabe definirla pero todos sabemos lo que no lo es. La foto en blanco y
negro tiene el valor de mostrarnos un mundo desnudo del vestido del color, que
por supuesto por mucho que queramos apegarnos a la realidad, no existe, por el
simple hecho de que nosotros vemos en colores no en grises (al menos los
humanos), el color pues por cotidiano a muchos les incomoda pues se asumen como
en una búsqueda de otros espacios que solo ven sus ojos y deciden compartirlo
con los demás, por tanto esos mundos al no responder a esta dimensión en la que
nos desenvolvemos debería ser diferente.
Pues bien, debo admitir que de alguna manera al
pasarnos a esta era digital y no trabajar en laboratorio, la fotografía ha
perdido no solo mucha de su magia, de ese secreto de tomar la foto y no saber a
ciencia cierta que hay hasta no haber ido al laboratorio, lo que obligaba a los
fotógrafos a pensar con detenimiento
cada foto para no perderla, esa variedad de formas de hacer las copias con los
grises correctos, los resultados que variaban de acuerdo a las temperaturas de
los químicos de revelado y de copiado, a las diferentes texturas de cada papel fotográfico
(el RC y el papel fibra, numerado o multigrado), hasta eso de hacer el llamado
proceso cruzado de color, esa intimidad de la imagen que ahora pues ya no
existe por eso de la inmediatez del digital.
También tengo que plegarme ante la realidad de que
ahora todo es más sencillo pues podemos establecer mixturas entre color y B/N
(no es que antes no se pudiese, es que ahora es menos complicado) , variar el
ISO de la toma entre una y otra foto sin que esto suponga tener varias cámaras
encima, cada una con una película especifica, nada de andar apestando a químico
por días y claro, los costos han bajado muchísimo por el hecho digital.
En la decisión de seleccionar B/N o color para
nuestro trabajo debemos hacer un proceso de revisión pues al no haber conocido
el proceso químico muchos se dejan llevar por los automatismos, saturando el
espectro con grises planos y sin volumen, pues se plegan a los deseos
estandarizados del automatismo , estudien a los clásicos, en su país deben de
existir muchos que durante años se decidieron a registrar y a producir obra en
B/N, ellos son una buena medida para conocer las posibilidades plásticas y
comunicativas de ese medio expresivo tan dramático como lo es el B/N, pero
nunca se dejen llevar por los automatismos ni de la cámara no de los programas
de retoque, esos no hacen más que estandarizar lo que debería ser particular,
en cambio al analizar el manejo correcto de grises y blancos que se hacia en químico,
podemos establecer estos usos en la copia digital y alcanzar acercarnos a esa
perfección estética de los maestros sin dejarnos caer en la tentación de
manejar los grises planos tan propios de estos tiempos.
El color pues también tiene sus detalles, que en próximos
post iremos desvelando, la selección entre uno u otro debe venir dada por el
autor según su decisión pues no existe ninguna norma que obligue al artista más
allá de las normas estéticas y técnicas que la imagen requiere.
Saludos desde mi esquina y les recomiendo seguirme
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José Ramón Briceño, 2013
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